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Top 10

Los mejores juegos de Wii U

Recordamos la desafortunada consola de Nintendo, incapaz de triunfar en el mercado, pero esencial para empujar a Switch con muchas de sus obras.

Los mejores juegos de Wii U

Lanzada entre las dos sobremesas más exitosas de Nintendo (Wii y Switch, ambas con más de 100 millones de unidades vendidas), Wii U no solo va a pasar a la historia como uno de sus grandes fracasos (con apenas 13 millones, queda a la cola); es posible que casi ni lo haga, al menos fuera de círculos especializados y los fans más acérrimos. Con muchos de sus mejores juegos ya adaptados a Switch y su genial eShop (donde aún podemos encontrar docenas de clásicos retro) llamada a echar el cierre en 2023, su destino parece acabar barrida hacia debajo de la metafórica alfombra.

Su mando con pantalla intentó llevar al entorno casero ventajas de Nintendo DS como los menús accesibles sin pausar o la precisión táctil del lápiz Stylus (el editor de Super Mario Maker fue quizá el mejor exponente de sus posibilidades, y también de la comunidad online Miiverse); pero a la hora de la verdad, ni eso, ni la posibilidad de jugar sin depender de la tele, atrajeron al gran público. A fin de cuentas, había que seguir cerca de la consola y la resolución sub-HD no era ideal para los juegos más detallados, razón por la que Switch luego sí dio en la tecla exacta.

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Aunque hoy no queremos centrarnos en lo negativo, sino en lo positivo. Porque a pesar de sus raquíticas ventas, la falta de apoyo third party y el abreviado ciclo vital (de 2012 a 2016), Wii U albergó una selección de juegos pequeña, pero interesante. Tanto, que si quitásemos los originados en ella del catálogo de Switch (empezando por el mismísimo Breath of the Wild, bombazo de lanzamiento que llevaba años gestándose para nuestra protagonista), la híbrida notaría un bajón inmediato.

Wii U fue la consola en la que nació Splatoon, en la que Platinum Games empezó a colaborar con Nintendo, en la que Captain Toad nos sorprendió protagonizando su propio juego, en la que Yoshi por fin volvió a tener un plataformas a la altura a su nombre, en la Zelda se pasó a los Musou para dejarnos el adictivo Hyrule Warrios o en la que incluso Persona y Fire Emblem se encontraron durante el peculiar Tokyo Mirage Sessions. Y esto solo es el calentamiento. Porque en MeriStation hemos votado para elegir nuestros diez favoritos y ahora empezamos de verdad con ellos.

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10. Super Smash Bros. for Wii U

La decisión de crear dos entregas en paralelo, una para 3DS y otra para la propia Wii U, se acabaría saldando con ciertos recortes y limitaciones. Por primera vez desde Melee, el cuarto Super Smash Bros. no contó con niveles de scroll lateral para cambiar un poco de aires entre combate y combate. También padeció algunas ausencias notables, como Ice Climbers por su dificultad de adaptar a la portátil, o Solid Snake por las complicaciones añadidas que supone renovar licencias third party. Pero nada de eso le impidió convertirse en un evento, ni colarse en nuestro top 10 de la consola.

Para empezar, como primer Smash en HD, dio un salto técnico mayor que entre GameCube y Wii. Y pese a carecer de aventura, siguió viniendo cargado de modos, como multijugador a ocho, desafíos, eventos y más de 700 trofeos para coleccionar. La jugabilidad, además, fue refinada, recuperando una precisión y agilidad que muchos habían echado de menos en Brawl. Y el hype por la inclusión de nuevos third como Mega Man y Pac-Man terminó de explotar durante los DLC gracias a Ryu, Bayonetta y Cloud. Aunque después Ultimate contaría como entrega nueva en vez de simple port, es incuestionable que se construyó sobre la excelente base de este juego.

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9. The Legend of Zelda: The Wind Waker HD

Un título que sí cuenta como port, pero merece un hueco en la lista, es The Wind Waker HD. El primer Zelda de GameCube es uno de los juegos que mejor han envejecido de todo el repertorio de Nintendo gracias a su estilizados gráficos cel shaded, así que la compañía decidió remasterizarlo con el esperable incremento en la resolución de la imagen y las texturas, un nuevo sistema de iluminación en tiempo real y varias mejoras de carácter jugable: vela para navegar más rápido, redirección del viento casi instantánea, interfaz con acceso directo a más ítems, etc.

Incluso la infame búsqueda de los fragmentos de la Trifuerza, ideada para sacar más partido a la exploración del océano, pero no disfrutada del mismo modo por todos por posponer varias horas la mazmorra final, se abrevió un poco (muchos se conseguían directamente sin necesidad de pagar un dineral por traducir mapas antes). El resultado siguió siendo The Wind Waker, pero más bonito y ágil. Un juego lleno de personajes memorables, mazmorras variadas y abundantes secundarias capaz de colarse entre las mejores aventuras de Wii U una década después del estreno en su consola original.

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8. Pikmin 3

Llegamos al primero de esos juegos que los usuarios de Switch han podido (re)descubrir de forma reciente en la híbrida. Pikmin 3 fue un título esperado durante muchos años —historia que ahora se repite con el elusivo Pikmin 4—, pero a su llegada, colmó casi todas las expectativas posibles. Siguiendo a la original —aunque breve— primera parte, y a la considerablemente ampliada —pero de mayor foco en mazmorras subterráneas— segunda, esta tercera entrega ofreció mapas más grandes, variados e intrincados que sacaban partido a más astronautas y tipos de Pikmin.

Olimar y Luis, si bien presentes a modo de conexión con los juegos previos, cedieron el protagonismo a Alph, Britanny y Charlie, personajes entre los que podíamos alternar para cumplir varias tareas en paralelo como abrir obstáculos, derrotar a jefes y acumular las frutas que servía como provisiones para conseguir días extra de exploración. Los Pikmin de piedra y alados, unidos a los clásicos rojos, amarillos y azules, aumentaron la variedad de situaciones y puzles; y el modo misiones, con contrarrelojes más ajustadas, también alargó su vida más allá de la excelente campaña principal. Una exquisitez por la que apenas ha pasado el tiempo.

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7. Rayman Legends

Obviando los préstamos de Wii U a Switch, en la lista también se cuela un juego multiplataforma desde su estreno, aunque estuvo llamado a ser exclusividad temporal y se promocionó de forma un poco más intensiva para la consola de Nintendo. Siguiendo al genial Rayman Origins, la primera entrega de la saga en 2D desde el original de 1995, en Legends Ubisoft dio uso a la pantalla táctil del mando para cortar cuerdas, girar mecanismos, abrir rutas en escenarios formados por comida o incluso proteger al personaje, haciendo cosquillas a enemigos y parando proyectiles, si optábamos por participar en el multijugador asimétrico.

Pero lo que le hizo despuntar entre otros plataformas de verdad, no obstante, fue el frenetismo de sus niveles. Rayman era extremadamente veloz y ágil, y muchas de las fases se construían en clave de contrarreloj, en torno a persecuciones de hordas y jefes o incluso se coreografiaban al son de la música para que el jugador se adecuase a su ritmo saltando y dando patadas. A veces, por supuesto, todavía era más pausado y daba cabida a un poco de exploración. Además, añadió una selección extensa de niveles de Origins, consolidándose como una propuesta más variada y completa.

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6. Xenoblade Chronicles X

Llegamos a la gran cuenta pendiente de Switch. Un juego que a día de hoy permanece como exclusividad de Wii U, y también como uno de sus mejores reclamos si alguien decide desempolvarla o comprarla a destiempo. Porque Xenoblade X no solo es bueno; es gigantesco. El mundo abierto con el Monolith Soft abrió las puertas para Breath of the Wild: siguiendo al Xenoblade de Wii, JRPG de escenarios enormes, pero todavía hilado por un desarrollo bastante lineal, X nos llevó a un planeta alienígena donde el jugador podía explorar varios continentes de gran tamaño, unidos como parte de un mapa único en vez de separados mediante pantallas de carga.

Es cierto que el desarrollo aún imponía requisitos para poder acceder a todo, pero antes de la mitad del juego ya nos podíamos mover a placer entre todas las regiones a pie o usando Skells, grandes mechas que podíamos comprar y mejorar. Esta dualidad transformaba la exploración —añadiendo incluso vuelo a la larga— y el combate, con diferentes acciones y mecánicas al luchar desde el interior de los robots. Debido a su renovada libertad, el argumento principal se resintió algo, pero la ciudad que servía como base, NLA, seguía absolutamente cargada de misiones que ahondaban en el día a día de la adaptación a un planeta extraño, lleno de misterios y peligros.

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5. Mario Kart 8

El juego más vendido de Switch fue, cómo no, también uno de los mejores de Wii U en su día. Tras un Mario Kart Wii exitoso y cumplidor, pero que no había sacudido demasiado las cosas (más allá de implementar motos y estrenar el multijugador online en sobremesa tras su paso por MK DS), Mario Kart 8 dio un salto cualitativo que no se limitó al estelar acabado gráfico. La música fue grabada con instrumentos reales, el manejo era (es) absolutamente exquisito y los ítems también fueron mejor ajustados que en algunas entregas previas —aunque no faltasen el caos y las amarguras—.

Su fenomenal diseño de trazados alcanzó un nivel tan alto que Nintendo ha decidido preservar y ampliar sobre esa base (algo que ahora seguirá haciendo en Switch hasta finales de 2023) en vez de pasar página y crear Mario Kart 9. La antigravedad permitía retorcer las pistas y competir boca abajo; el planeo y las secciones acuáticas añadieron variedad a circuitos nuevos y viejos; y por primera vez en la historia de esta serie, a partir de los DLC también se convirtió en un crossover con sagas como Zelda, Animal Crossing o F-Zero. Todo ello sin olvidar el demencial modo 200cc, añadido de forma gratuita post-lanzamiento para retar a los más hábiles.

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4. Super Mario 3D World

No hay consola de Nintendo que se precie sin una entrega de Super Mario entre sus mejores juegos. El conservador —pero eficiente— New Super Mario Bros. U ya la acompañó en el lanzamiento, razón por la que luego no todos recibieron con el mismo entusiasmo la noticia de que la entrega tridimensional también estaría orientada a un plataformeo más lineal con especial énfasis en el multijugador. Lejos de la libertad de Super Mario 64 o la creatividad épica de Super Mario Galaxy, 3D World tomó como referencia la entrega de 3DS, Super Mario 3D Land, y le dio un empujón con mejores gráficos, mayor variedad de mecánicas y muchos, muchos más niveles.

Aunque no era el Mario que todos esperaban, sí fue una bomba de diversión en cooperativo con sus encantos en solitario. Niveles con paneles turbo inspirados por Mario Kart, deslizamientos por rápidos de agua a lomos del dinosaurio Plessie, el estreno de las fases-diorama de Captain Toad... Y uno de los post-game más completos, con un quinto personaje para desbloquear, versiones retocadas de niveles conocidos y otros inéditos con picos de dificultad diabólicos. Es posible que su versión de Switch lo dejase algo anticuado gracias a sus controles mejorados y la expansión Bowser’s Fury, pero no quita aún se cuente entre los platos fuertes de Wii U.

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3. Donkey Kong Country: Tropical Freeze

Pero si hubo un rey plataformero en la consola, ese es Tropical Freeze. Su anuncio también fue acogido con cierta frialdad, ya que muchos esperaban que Retro Studios retomase la saga Metroid (aquí seguimos, ocho años más tarde, esperando noticias de Prime 4). Pero el tiempo y su ingente calidad lo han reivindicado como el portento que realmente es. Un derroche constante de ideas, de mimo en la construcción de niveles, de jugabilidad ajustada como un reloj suizo. Tropical Freeze era un juego exigente, pero justo, con más profundidad que Rayman Legends y más creatividad que Super Mario 3D World a pesar de contar con menos niveles.

David Wise compuso una banda sonora a la altura de las mejores de SNES; Retro Studios implementó niveles acuáticos tras su ausencia en Returns; la selección de jefes fue bastante más inspirada que en cualquier DKC (o Mario 2D) previo; los mundos hicieron gala de ambientaciones más originales como montes alpinos, una sabana africana o una jungla mecanizada para coger frutas gigantes; y las fases K, desbloqueables tras conseguir todas las letras KONG de los niveles, ofrecían retos antológicos. Desafiantes, pero consistentemente entretenidos. Tropical Freeze es una obra maestra del scroll lateral y un más que digno candidato para el podio de Wii U.

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2. Bayonetta 2

Quizá no existe tal cosa como el juego perfecto, pero Bayonetta 2 fue una de esas rarezas capaces de alzarse con un diez en nuestra web. El Bayonetta original ya nos deslumbró por subir la fórmula hack and slash patentada por Devil May Cry al siguiente nivel —no en vano, Hideki Kamiya estuvo detrás de ambas series—. Esta secuela, cuya existencia ya fue un milagro en primer lugar —Sega no quería financiarla y Nintendo saltó al ruedo— se reveló, por lo general, como un juego algo más fácil y amable, pero también más espectacular. Un ballet de destrucción y épica con un ritmo prodigioso, que todavía hoy sigue sin ser superado.

La exuberante bruja de Umbra iba de set piece en set piece con pequeños momentos de pausa y exploración para recuperar el aliento entre medias, pero evitando cualquier clase de rutina o predictibilidad. La historia, si bien secundaria, tomó un cariz más personal al centrarse en la búsqueda de Jeanne, caída en desgracia durante la introducción. El viaje hacia el infierno estaba lleno de sorpresas, pero sobre todo de combates exquisitos, con nuevas armas para experimentar, una gran variedad de enemigos y jefes, y un modo Clímax que permitía culminar los encuentros con mayor agilidad y frenetismo. Platinum Games en su forma más desbocada.

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1. The Legend of Zelda: Breath of the Wild

Por supuesto. ¿Cuál si no? La mayoría lo pudo jugar directamente en Switch, donde salió al mismo tiempo y sirvió como vendeconsolas. Pero el gran Zelda de Wii U fue... eso, un juego de Wii U. Sus ambiciones se tradujeron en problemas de framerate más notorios que en su sucesora, pero también en una aventura de escala sin precedentes. Una oda a la exploración, un mundo abierto en el sentido más pleno de la palabra, con docenas y docenas (y docenas) de cosas para descubrir fuese cual fuese la dirección que tomásemos tras abandonar la introductoria Meseta de los Albores.

El desarrollo no imponía casi nada. “Derrota a Ganon, haz lo que quieras antes”. La tabla sheikav nos ofrecía un repertorio de habilidades constantes con las que experimentar en puzles y combates (imán, paralizador, etc.); el desgaste del equipamiento, si bien controvertido, aseguraba que probásemos un arma diferente cada poco; la escalada y la paravela lograban que el mundo completo fuese un campo de juego; y casi todo en Hyrule, desde la hierba hasta los árboles o los enemigos, tenía una naturaleza táctil. Reaccionaban a Link, entre sí e incluso a sistemas como lluvia, fuego o relámpagos. Un matrimonio de tecnología e ingenio que todavía asombra.

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The Legend of Zelda: Breath of the Wild

  • WiiU
  • NSW
  • Aventura
  • Acción

The Legend of Zelda: Breath of the Wild es la nueva aventura de acción de Nintendo para Wii U y Nintendo Switch que nos presenta el título más ambicioso de la saga con un mundo abierto por explorar y en el que realizar todo tipo de acciones como escalar además de otras clásicas como nadar o montar a caballo. Link despierta tras un profundo sueño de 100 años en un misterioso templo en el reino de Hyrule; junto a él, deberemos descubrir su pasado mientras escuchamos una voz que nos incita a enfrentarnos a un malvado ser que provocó el llamado cataclismo: Ganon.

Carátula de The Legend of Zelda: Breath of the Wild
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