La edición de 2004 por la que Grecia fue resarcida al no habérsele concedido albergar la del centenario de 1996 superó por primera vez la barrera de las dos centenas de países participantes. Con la entrada de Timor Oriental, cuyos cuatro atletas acudieron a Sydney como independientes, y de Kiribati, el número total de Comités Olímpicos ascendió a 201.

La organización realizó un guiño a los Juegos de la Antigüedad celebrando la prueba de lanzamiento de peso en Olimpia, sede ancestral cuyo descubrimiento a mediados del siglo XIX fue el acicate del Barón de Coubertin para el desarrollo de los Juegos modernos. Además, el tiro con arco se disputó en el mismo estadio, el Panatenaico, que acogió las primeras pruebas en 1896.

El reto de superar a Spitz. La competición, en la que entró por primera vez la lucha libre femenina, tuvo varios nombres propios, pero por encima de todos ellos destacó el nadador estadounidense Michael Phelps. Con la intención de superar al mítico Mark Spitz, a punto estuvo de igualar su récord de siete oros y, con 6 victorias y dos bronces, fue capaz de convertirse en el nadador con más metales en una edición empatando con el soviético Alexander Dityatin, que también consiguió 8 en Moscú en 1980.

En el estadio Spyros Louis, varios atletas brillaron con luz propia. El etíope Kenenisa Bekele se llevó los 10.000 metros con una vuelta final apoteósica, como si fuera un velocista que acababa de comenzar a correr. También destacó El Guerrouj igualando la gesta de Paavo Nurmi de ganar las carreras de 1.500 y 5.000. Y el polaco Robert Korzeniowski puso fin a su carrera olímpica con su tercer oro consecutivo en los 50 km. marcha.

Otros hechos destacados fueron el sorprendente éxito chileno en tenis masculino, con oro y bronce en individuales y título en dobles, y la habitual victoria de la piragüista alemana Birgit Fischer, acostumbrada al éxito, ya que desde la edición de 1980, por lo menos ha ganado una prueba en todas los Juegos, menos en 1984, ya que no asistió por el boicot de su país a Los Angeles.

Para la delegación española, la cita griega fue la segunda más numerosa en medallas de la historia, diecinueve, aunque sólo tres fueron de oro. De las restantes, once lograron la plata y cuatro el bronce. El deportista más destacado fue el gallego David Cal, que volvió en el avión con el peso de un oro y una plata. También el gimnasta Gervasio Deferr y los navegantes Xabi Fernández e Iker Martínez lograron el máximo metal.

Estrellas

Medallero