Otro acontecimiento político volvió a azotar el espíritu olímpico en 1980. Siete meses antes de los juegos, la URSS invadió Afganistán, lo que desató un nuevo conflicto entre los dos bloques, el capitalista y el soviético. Estados Unidos amenazó con el boicot olímpico si no eran retiradas las tropas y, ante la negativa desde Moscú, se llevó a cabo con el apoyo de más de 50 países, entre los que destacaron Alemania Occidental, Japón, Kenia, Canadá y muchos de África y Sudamérica.

El boicot tuvo como consecuencia una disminución del nivel en atletismo, sobre todo en pruebas de velocidad, aunque hubo algunos atletas destacados. El etíope Mirus Yifter logró el doblete en 5.000 y 10.000, eso sí, facilitado ante la ausencia de corredores kenianos.

En maratón, el alemán Waldemar Cierpinski emuló a Bikila y también revalidó su título. Aunque lo más vistoso resultó el duelo en el medio fondo entre los británicos Sebastian Coe y Steve Ovett. Se repartieron los dos oros. El de 1500 fue para el primero y el de 800, para el segundo. En el atletismo femenino, el dominio de la URSS y de sus países satélites fue abrumador, y prueba de ello es que, a excepción de altura y jabalina, se impusieron en todas las pruebas.

Fuera del estadio también hubo otros nombres propios. El boxeador Teófilo Stevenson igualó a Laszlo Papp y ganó su tercer oro consecutivo, pero a diferencia del húngaro, el cubano lo consiguió siempre en la misma categoría, los superpesados, y se convirtió en el primero en conseguirlo.

En gimnasia artística, la rumana Nadia Comaneci seguía cosechando medallas, y el hombre con más metales de la historia, el ruso Nikolay Andrianov, coleccionaba nuevos entorchados. Aunque el nombre propio de la competición fue otro soviético, Aleksandr Dityatin, con ocho medallas, tres de ellas de oro, pero sobre todo lo fue por conseguir seis en una sola jornada.

El gran héroe de la natación, a falta de los americanos, fue Vladimir Salnikov, con tres oros, dos récords mundiales y por convertirse en el primer hombre en bajar de quince minutos en la prueba de 1500.

España despunta en baloncesto. Y las dos grandes sorpresas se dieron en dos deportes de equipos. Yugoslavia en baloncesto masculino, donde España ya despuntó aunque perdió en el partido por el bronce ante los locales, los grandes favoritos. Pero la verdaderamente sorprendente fue la victoria en un deporte que debutaba en categoría femenina, el hockey hierba. Ante la falta de participantes por el boicot, a falta de cinco semanas Zimbawe fue invitada y las jugadoras sólo se reunieron siete días antes. Aún así, se hicieron con el oro.

La delegación española, que no vetó el evento, tuvo la mejor actuación hasta ese momento, con seis medallas. Alejandro Abascal y Miguel Noguer consiguieron el oro en clase Flying Dutchman de vela, el nadador David López Zubero fue tercero en 100 metros mariposa, Jordi Llopart logró la plata en 50 kilómetros marcha, los chicos del hockey hierba sólo cedieron en la final ante India y en piragüismo se lograron dos metales. En los dos repitió Herminio Menéndez que, junto a Guillermo del Riego Rincón, fue segundo en K2 a 500 metros y, con Luis Gregorio Ramos Misione, tercero en 1000.

Estrellas

Medallero