Manuel Pablo camina sin ruido hacia el banquillo del Depor
El canario, tras el salto de Gilsanz al primer equipo, da un paso más en su carrera al hacerse cargo del Fabril. Ganó en su debut y el filial ya es tercero del Grupo I de Segunda RFEF. Lleva 26 años en el club.
Corría el año 1998 y Lendoiro, muy acostumbrado a ‘pescar’ con caña afilada en clubes de inferior categoría o recién descendidos, puso sus ojos en Las Palmas, entonces en Segunda. Su objeto de deseo se llamaba Turu Flores, delantero argentino que había marcado 21 goles esa temporada. El de Corcubión, que desembolsó mil millones de la época (6 millones de euros), incluyó en el precio a un joven lateral derecho de sólo 21 años. Su nombre era Manuel Pablo y aterrizaba en el Deportivo de puntillas, casi como un silencioso complemento del delantero argentino.
El de Arucas aterrizó en un Depor en reconstrucción entrenado por Carlos Alberto Silva y, tras la destitución del brasileño, por José Manuel Corral. En su primer año el puesto de lateral derecho era propiedad de Armando, con Scaloni alternando en el carril y de interior con Manuel Pablo como tercería vía. Esa temporada jugó 14 partidos, diez como titular, sumando 949 minutos. Lo que ocurrió a partir de ahí, ya es leyenda blanquiazul. 18 temporadas como jugador, una Liga, dos Copas, dos Supercopas, capitán, internacional, dos ascensos… 482 partidos con el Depor para ser el segundo jugador con más presencia en la historia del club sólo superado por Fran (700).
En todo este reguero de éxitos jamás le abandonó la sencillez con la que llegó a A Coruña, ni tampoco su buen humor y compañerismo. Una vez colgadas las botas, su contrato, después de aplazar muchas deudas que tenía el Depor con él, le seguía vinculando al club. De nuevo, sin polémicas, comenzó una segunda etapa como adjunto a la dirección deportiva. En enero de 2017 comienza las prácticas de entrenador en el Fabril con Cristóbal Parralo. Cuando el cordobés sube al primer equipo y llega Munúa, Manuel Pablo continúa como asistente del filial.
En la campaña 2018-2019 se asienta en el filial como segundo entrenador y ejerce como hombre de la casa en un año convulso en el que desfilan por el banquillo de Tito Ramallo, Pellicer y Luisito antes del descenso a Tercera. Al año siguiente continúa en el puesto con Luisito. La temporada 2020-2021 genera una enorme ilusión en el deportivismo al ver como Valerón toma las riendas del Fabril con el de Arucas de segundo. La pareja canaria, que tantas alegrías había dado sobre el césped, se une en el banquillo, pero la historia se rompe cuando el Flaco decide dejar el cargo y el club.
La renuncia de Valerón tuvo lugar el 30 de junio de 2021, tres días después de que el Juvenil se proclamase campeón de España tras derrotar en la fase final a Real Madrid y Barcelona. El movimiento del club es inmediato subiendo a Óscar Gilsanz al Fabril tras su éxito con los juveniles, lo que provoca la primera oportunidad para Manuel Pablo de convertirse en primer entrenador. A pesar de lo alto que estaba el listón en el Juvenil, cumple sobradamente con un brillante papel en la Youth League, ser semifinalista de Copa y la pasada temporada ganar la liga de División de Honor.
Hace sólo dos semanas otro terremoto agita en cascada los banquillos del club coruñés por la destitución de Imanol Idiakez. Gilsanz se hace cargo del Deportivo de forma interina en Cartagena y después de fracasar las diversas vías para fichar un entrenador, el 5 de noviembre el club lo nombra técnico del primer equipo hasta final de temporada. El siguiente movimiento afecta a Manuel Pablo, que toma las riendas del Fabril para suplir al preparador de Betanzos. La leyenda blanquiazul debutó el pasado fin de semana en Avilés con victoria (0-2) y sitúa al filial como tercer clasificado del Grupo I de Segunda RFEF.
Después de 26 temporadas en el Deportivo Manuel Pablo, de 48 años, da otro pasito más hacia un destino sin fecha, pero al que se dirige con firmeza: entrenar al Deportivo. Al margen de sus logros en el Juvenil, a los que van unidos la formación de muchos jugadores que ya están asomando la cabeza, el canario cuenta con unos informes muy favorables desde la secretaría técnica. Sin ir más lejos, este verano se planteó un baile de banquillos en la cantera que implicaban que Gilsanz retornarse al Juvenil y el canario diese el salto al Fabril. Después de muchas vueltas, Fernando Soriano decidió dejar a cada uno en su sitio… hasta el cese de Idiakez.
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