Desde la temporada 1999-2000, las ligas más potentes de Europa aportan cuatro representantes a la Champions. Ese mismo año, la Liga española demostró ser la más fuerte del mundo y clasificó a tres equipos entre los cuatro mejores del continente: Real Madrid, Valencia y Barcelona. Los dos primeros se vieron las caras en la final de París y el Madrid ganó su octava Copa de Europa. En la Selección, Camacho relevó a Clemente y enderezó el rumbo de un equipo en depresión (Foto de apertura: Camacho sucedió a Clemente al frente de la selección).

El ridículo de España en el Mundial’98 había dejado un regusto muy amargo. Clemente perdió en Francia gran parte de su crédito con sus planteamientos ultradefensivos, que guillotinaban la calidad de la Selección y que encima no funcionaron.

La afición y la prensa exigieron su dimisión, pero el seleccionador hizo caso omiso, en una actitud que muchos consideraron “desafiante”.

Quien sí dijo adiós fue Zubizarreta. El guardameta se despidió del fútbol en una emotiva rueda de prensa. “Señores, suena el timbre, se acabó el recreo. Hasta siempre”, fueron sus últimas palabras como futbolista profesional. El Mundial, en el que tampoco estuvo afortunado, fue un injusto final para una trayectoria de 126 partidos con la Selección.

Pero Clemente no se fue. Por suerte para él, el presidente Villar le apoyaba. Además, el próximo objetivo estaba ahí mismo: la clasificación para la Eurocopa. A partir de septiembre, Clemente tendría la ocasión de redimir sus errores en un grupo que invitaba al optimismo: Austria, Israel, Chipre y San Marino.

Antes de empezar esta fase previa, ya nos veíamos en la Eurocopa, pero la palabra ridículo se queda pequeña para describir lo ocurrido en el primer encuentro.

El 5 de septiembre, España visitaba a Chipre, una selección semi-amateur. Y allí, lo que se preveía un paseo se convirtió en una humillación para España, que perdió 3-2.

Esta vez sí, Clemente no tuvo más remedio que dejar la Selección. Se cerraba una etapa de seis años y 62 partidos, de los cuales ganó 36, empató 20 y perdió 6. España había dejado buenas sensaciones en anteriores fases finales, pero el fracaso en Francia fue una losa.

La credibilidad de la Selección estaba por los suelos y hacía falta alguien que enderezase el rumbo. La Federación pensó en Luis Aragonés, un técnico con experiencia. Sin embargo, el Sabio de Hortaleza no llegó a un acuerdo y declinó la oferta.

El revulsivo sería José Antonio Camacho. Aquel verano, el de Cieza había sido durante 22 días entrenador del Real Madrid, campeón de Europa con Heynckes, pero lo dejó a primeros de julio por desavenencias con la directiva. Su lugar en el banquillo blanco lo ocupó Hiddink.

En el Madrid, la séptima Copa de Europa había puesto el listón muy alto y, sin fichajes de relumbrón, el objetivo primordial era la Liga. Sin embargo, después de una irregular campaña en la que Toshack sustituyó a Hiddink, tuvo que conformarse con ser segundo.

El título fue, por segundo año consecutivo, para el Barça de Van Gaal, que tras un comienzo dubitativo arrasó el resto de la temporada. La Liga fue la mejor manera para los culés de celebrar su centenario.

El equipo revelación del curso en España y en Europa fue el Mallorca. En Liga fue tercero, pero peleó el segundo puesto hasta el último día, y en Europa, fue subcampeón de la Recopa en su última edición.

Desde esa temporada 1998-1999, en España (y en las grandes ligas) se clasificarían cuatro equipos para la Champions. El Mallorca, en su debut, pinchó en la fase previa.

Por su parte, la renovada Selección de Camacho había emprendido un camino triunfal hacia la Eurocopa. Siempre se recordará aquel 9-0 a Austria como icono del equipo arrollador que había conseguido ensamblar Camacho, con veteranos como Hierro, Guardiola o Cañizares, promesas confirmadas como Raúl o Etxeberría, y jugadores sin mucho nombre, pero con su total confianza, como Alkiza, Engonga, De Pedro o Marcelino.

Y si la Selección vivía en una nube, hay que decir que para los clubes españoles la temporada 1999-2000 fue histórica. El Real Madrid, con Del Bosque como entrenador tras el despido de Toshack, levantó su octava Copa de Europa ganando en la final al Valencia (3-0). Para engrandecer el hito del fútbol español, el equipo che había eliminado en semifinales al Barcelona. España podía presumir de ser el primer país en meter tres representantes en las semifinales de la máxima competición continental y a dos de ellos en la gran final.

Curiosamente, ninguno de los tres ganó la Liga. Tras varios años rozándolo, el Deportivo coruñés conquistó por fin su primer título. El Real Madrid acabó quinto pero, al clasificarse como campeón de Europa, desplazó al Zaragoza, cuarto, a la UEFA. Esta campaña fue sorprendente también porque tres históricos, Atlético, Sevilla y Betis, descendieron a Segunda.

El Atlético de Madrid vivió en 2000 uno de los peores años en su historia. Intervenido judicialmente, el equipo acabó descendiendo a Segunda.