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ELCHE

Un año de Nico Rodríguez como director deportivo del Elche

El asturiano llegó para subir al conjunto franjiverde a Primera División en un plazo de cuatro cursos; su futuro sigue en el aire pendiente de la decisión de Christian Bragarnik.

FITO GONZALEZDIARIO AS

El día de San Jorge coincide con el primer aniversario del fichaje de Nico Rodríguez como director deportivo del Elche CF y la destitución de Cordero al frente de esta parcela. Ha pasado un año desde que José Sepulcre decidió dar un golpe de timón en el rumbo de la planificación, buscando un paso al frente en el proyecto del conjunto franjiverde. Esta fecha señalada se conmemora en medio de una pandemia que mantiene al mundo del deporte paralizado.

Nico Rodríguez llegó al Elche por sorpresa. El distanciamiento entre José Sepulcre y el entonces presidente Diego García se llevó por delante a Jorge Cordero, quien había sido el encargado de confeccionar la plantilla que logró el ascenso a Segunda División y que consiguió mantenerse, el curso siguiente, en la categoría de plata. No fue fácil, con muchos movimientos en el vestuario (el primer curso hubo tres entrenadores), pero dejó como herencia a un bloque consolidado con futbolistas como Edgar Badia, Juan Cruz, Gonzalo Verdú, Iván Sánchez, Josan, Gonzalo Villar o Yacine, entre otros; y a un técnico, José Rojo ‘Pacheta’, como líder de la nave franjiverde.

El nuevo director deportivo, de 50 años, regresaba a la entidad franjiverde 23 veranos después de incorporarse a prueba como lateral izquierdo en el equipo de Fabri. Tras realizar la pretemporada fue descartado y tuvo que buscarse equipo después de una buena temporada realizada en el Andorra. Al Elche llegó de la mano de Sepulcre con un contrato de cuatro años y con Daniel Carmona como ayudante. El exjugador franjiverde Sergio Mantecón se sumó a su grupo de trabajo.

El proyecto que Sepulcre puso sobre la mesa de Nico buscaba conseguir el regreso a Primera División durante los cuatro años de su contrato. El asturiano se lanzó al mercado y sus primeros movimientos sorprendieron a los aficionados, con fichajes a tres temporadas de Fidel Chaves, Pere Milla y Ramón Folch. La apuesta económica llamó la atención con relación al nivel salarial que se mantenía en el vestuario, si bien la apuesta parecía decidida. Rodríguez planeaba un equipo con un presupuesto en torno a seis millones de euros, de los que al final sólo contó con poco más de cinco gracias a las importantes aportaciones económicas de la nueva propiedad, la sociedad Score Club 2019, con el empresario argentino Christian Bragarnik al frente.

De su mano también se incorporó como apuesta el franco-congoleño Nuke Mfulu. Con estos cuatro primeros movimientos y la plantilla que se mantenía del curso anterior, en la que se produjeron varias bajas en el equipo, el presupuesto pronto quedó agotado. Sólo restó margen para sumar a los cedidos Andoni López, del Athletic Club; Miguel San Román, procedente del Atlético de Madrid; y Danilo Ortiz, de Godoy Cruz. Este último fue un jugador que llegó a última hora y a petición de Bragarnik, con el mínimo salarial y para sumar un central a la competición con Gonzalo Verdú y Dani Calvo.

El Elche fue de menos a más durante la competición y alcanzó el parón de la competición en el sexto puesto de la tabla. El manejo de la situación por parte de Pacheta, que renovó un mes después del aterrizaje de Nico Rodríguez, y el excelente comportamiento del vestuario capitaneado por Nino permitieron alcanzar la zona de playoff, algo impensable a principios de curso.

Durante este primer año también se dieron las renovaciones y mejoras de los contratos de Edgar Badia y Josan Ferrández, a quien curiosamente el descarte de Nico Rodríguez en el Albacete permitió su fichaje por el Elche. No ha habido la misma suerte con los casos de Juan Cruz o Iván Sánchez, a quien Nico también despidió del Albacete. Sí se produjeron los traspasos de Gonzalo Villar a la Roma, por cerca de un millón de euros, y de Yacine Qasmi, en un llamativo movimiento de última hora, para recuperar a Jonathas de Jesus.

El caso más sorprendente ha sido el del canterano Óscar Gil, quien firmaba una renovación que la nueva propiedad echó para atrás porque Bragarnik consideraba que las cantidades que acordó el director deportivo eran demasiado altas.

La continuidad de la dirección deportiva de Nico Rodríguez se mantiene en el aire y pendiente de conocer la postura de Bragarnik. El hecho de que tenga el contrato blindado y haya que indemnizarle con tres de los cuatro años firmados ha frenado su salida, de momento. En caso de despedirle antes del 30 de junio, Sepulcre tendría que asumir el 50% de la rescisión de su contrato y del de sus dos ayudantes (Carmona y Mantecón). En caso ascender a Primera, Nico pasaría a mejorar su contrato de 220.000 euros por curso a 600.000 euros por año.