Parecía mentira, pero en julio de este mismo año comenzó una relación tan sorprendente como bienvenida: Disney metió la cabeza en el mundo de los esports al adquirir aXiomatic, dueña del equipo norteamericano de League of Legends Team Liquid. Una relación que acaba de consolidarse aún más con la última adquisición de la compañía: 21st Century Fox. ¿Por qué? Te lo explicamos.
Aunque este gigante lleve más de 30 años relacionándose con los videojuegos —nada menos que con Nintendo, Sega o Capcom, entre otras muchas compañías—, la compra de aXiomatic supuso un paso de gigante para entablar una relación más seria y duradera con los deportes electrónicos. Pero esta no fue su única involucración, ya que previamente, a través de BAMtech, también de su propiedad, firmaron un acuerdo con Riot para la retransmisión de sus partidas.
En agosto llegó otro momento importante para la pareja. Disney declaraba su clara intención de albergar competiciones de videojuegos en la ESPN Wide World of Sports Complex de Orlando —de la que Disney posee un 80% del medio televisivo—, un espacio de 89 hectáreas que lleva acogiendo durante 20 años las competiciones de una gran variedad de disciplinas deportivas. Más de 8.000 asientos disponibles para los seguidores de los deportes electrónicos, que podrían disfrutar allí de las finales del Call of Duty, Overwatch o incluso de la LCS norteamericana.
Adquisición de la Century Fox
Esta misma semana Disney confirmaba la compra de otra importante compañía, nada más y nada menos que la Fox. Además de las grandes repercusiones económicas que este negocio generará—la transacción le ha salido por la nada desdeñable cifra de 52.400 millones de dólares—, esta apuesta también tendrá una fuerte repercusión en el entorno de los deportes electrónicos.
La compra se traduce en que Disney acaba de copar un importantísimo espacio de video —plantándoles cara a gigantes del entorno como Amazon, Netflix y Google—en el que tendrá cabida la retransmisión de las competiciones de esports. 60 millones de suscriptores, 22 redes regionales, más los derechos de 44 entidades deportivas norteamericanas, determinarán la forma de consumo de la actualidad de los videojuegos. El rango de público podría incrementarse hasta alcanzar cifras históricas.
Cuando el trato culmine y expiren las suscripciones de la red, todos esos canales se canalizarán a ESPN Plus, la plataforma de streaming de la que comentábamos que Disney era el propietario mayoritario. El cierre del negocio supone también que Disney controlará entre un 30% y un 60% de las participaciones de Hulu, primera plataforma de retransmisión de video que dio el salto a los esports.
Si bien los deportes electrónicos crecieron como una programación directa para los espectadores —alejados del habitual sistema de televisión por pago—, todos estos cambios podrían suponer un drástico giro en la manera en la que consumimos la actualidad de los esports hoy en día. ¿Cuál será el próximo paso con el que nos sorprenderá el gigante mundial del entretenimiento?
