El sector de los videojuegos se enfrenta a un complicado debate sobre la creciente introducción de sistemas de micropagos, y hasta que punto pueden o no ser considerados como perjudiciales para los usuarios, sobre todo en el caso de las "cajas de botín" con contenido aleatorio.
Mientras que la compra de estos artilugios son más o menos determinantes dependiendo de sí ofrecen contenidos meramente estéticos o si pueden alterar el propio equilibrio jugable, varios organismos comienzan a ver preocupante como afectan a los consumidores, especialmente a los niños.
La última en expresar esa idea ha sido la Comisión Británica de Apuestas. Desde un comunicado oficial firmado por su director ejecutivo, Tim Miller, el organismo cree necesario que se investigue el fenómeno y si pueden crear peligrosas adicciones que deben ser vigiladas.
De considerar que estos micropagos son apuestas, la Comisión podría regular su existencia en el futuro, afectando de paso a las empresas y a los beneficios que pueden obtener a través de ellas.
La regulación en el terreno de los esports
Otros países como China ya han obligado a las compañías a que hagan público los porcentajes de obtención de objetos en estas cajas de botín, mientras que Bélgica está presionando en Europa para que se consideren a estos sistemas como apuestas.
Muchos deportes electrónicos como League of Legends u Overwatch utilizan cajas de botín para seguir financiando el lanzamiento de nuevos contenidos, pagando de esta manera a sus desarrolladores por su trabajo continuado al lanzar nuevas actualizaciones cada cierto tiempo.