Este fin de semana tuvo lugar el Game Party Japan 2018, el primer torneo de deportes electrónicos de Japón que puede permitirse un bote de premios superior a los 900 dólares, un evento histórico que simboliza la nueva libertad de la nación para desarrollarse en el entorno de los esports.
Hasta ahora, una ley registrada a principios de los años ochenta impedía que los deportes electrónicos florecieran en la nación, pero hace unos meses se avivó el debate sobre la necesidad de un cambio de paradigma y una modificación de la ley que finalmente se ha hecho efectiva.
La industria de los videojuegos es uno de los sectores más potentes de Japón, y han sido varias las asociaciones que han luchado por lograr este cambio en un mundo cada vez más flexible e interesado con la escena competitiva.
Vía libre para el sector competitivo
Recientemente, las tres asociaciones más importantes del país se unieron para formar la Unión Japonesa de Esports, hecho que anticipaba el gran cambio que se avecinaba y que les permitirá desarrollar el sector con total libertad.
El Game Party Japan, con 300.000 dólares en premios repartidos entre varias disciplinas, es sólo el primer paso en esta carrera por recuperar el tiempo perdido.
El gran evento llegó a reunir a un gran número de juegos competitivos, incluyendo Street Fighter V, Tekken 7, Clash Royale, Call of Duty, Rainbow Six Siege, Dragon Ball Fighterz, Super Smash Bros, ARMS o Final Fantasy Dissidia NT, entre otros.