ARQUEOLOGÍA

Hallan restos óseos de un joven del periodo almohade en Sevilla

Una excavación en el casco histórico ha descubierti una inhumación en fosa del periodo almohade, de un "individuo joven de aproximadamente 12 ó 13 años".

Gema Tocino Rentero

Hallazgo óseo en la zona centro de Sevilla. En la calle Lumbreras número 16 de Sevilla, mientras se realizaba una intervención arqueológica, del casco histórico, se ha realizado la inhumación en fosa del periodo almohade, donde se han recuperado restos óseos de un "individuo joven de aproximadamente 12 ó 13 años".

No se sabe si es un hombre o una mujer, y las pruebas se realizarán ahora. El periodo almohade va del siglo XII (1147) hasta su desaparición a mediados del XIII (1269). Dominaron sobre casi todo el Magreb y la mitad meridional de la Península Ibérica.

Descubrimiento arqueológico

Las arqueólogas Gema Tocino Rentero y Araceli Rodríguez Azogue, explican que la intervención fue acometida en el inmueble correspondiente al número 16 de la calle Lumbreras, en el sector norte del casco histórico de Sevilla.

Según detallan las autoras de esta actuación arqueológica preventiva, la zona está perfectamente vigilada y trabajan con mucho cuidado porque va por los entornos de protección delimitados respecto al antiguo convento de Santa Clara y la torre del antiguo palacio del infante Don Fadrique, monumentos ambos declarados bien de interés cultural.

Respecto al sector donde se alza el inmueble en cuestión, Gema Tocino Rentero y Araceli Rodríguez explican que "todo parece indicar que no es hasta época bajomedieval islámica cuando se produce la ocupación efectiva del espacio por parte del hombre", exponiendo que "los resultados de la mayoría de las intervenciones arqueológicas realizadas indican que el inicio de la ocupación humana se produce en momentos avanzados del siglo XII, aunque en algunas de ellas se han exhumado restos anteriores".

En abril de 2020 empezó la intervención arqueológica en la zona. El resultado arrojó con relación al periodo almohade, entre mediados del siglo XII y mediados del siglo XIII, "restos edilicios" de "dos muros (...) que podrían constituir el ángulo de una estancia de un inmueble, conservando restos de pavimento muy fino de cal". "Al ser unos restos tan escasos", según avisan estas arqueólogas en el documento, no es posible "identificar el tipo de edificación ni su configuración".

"Por la posición del cuerpo, la cara estaría mirando en dirección este, las extremidades inferiores se encontraban ligeramente flexionadas para adaptarse a la longitud de la fosa", explican las arqueólogas, añadiendo que el "el cuerpo aparecía calzado sobre la pared de la fosa mediante el empleo de cantos rodados y fragmentos de tejas".