El veto de Chanel a Rusia y la rebelión de los 'influencers'

Chanel se ha sumado recientemente a la lista de las empresas que quieren cortar las relaciones comerciales con Rusia debido a la guerra que inició el Kremlin en Ucrania el pasado 24 de febrero. Desde entonces, grandes marcas multinacionales como Volkswagen, Toyota, McDonald's, Ikea, Apple, Gucci, Prada, Master Card y Visa, entre otras, han anunciado la suspensión o limitación de sus negocios en Rusia como resultado de las sanciones impuestas a Moscú.

Así, Chanel ha decidido prohibir la compra de sus productos a ciudadanos rusos que no vivan fuera del país y a portarlos dentro de Rusia. De acuerdo con el Daily Mail, la marca ha vetado "la venta, directa o indirecta, de artículos de lujo a cualquier persona física, jurídica o entidad de la Federación Rusa, o para su uso en la Federación Rusa".

"Chanel, adiós"

La respuesta rusa no ha tardado en llegar y ha sido contundente a través de la campaña "Chanel, adiós", en la que algunos usuarios suben a sus redes sociales vídeo en los que destrozan artículos de la marca. "Si Chanel no respeta a sus clientes, nosotros no tenemos por qué respetar a Chanel", señalan las influencers rusas.

Desde que Chanel tomó la decisión se han hecho virales algunos vídeos en los que influencers y otros personajes rusos cortan con unas tijeras de podar bolsos de la marca, que pueden llegar a costar más de 4.000 euros, según Nius. El medio mencionado también asegura que algunos usuarios cuestionan la autenticidad de los bolsos que aparecen en los vídeos.

Victoria Bonya, una influencer rusa con unos 9,3 millones de seguidores en Instagram, publicó un vídeo en su perfil en el que denunciaba la "falta de respeto" de la marca y rompía uno de sus bolsos. La presentadora Marina Ermoshkina, con 300.000 seguidores en la misma red social, ha hecho lo propio señalando que "ningún bolso vale mi amor por la patria". "Estoy en contra de la rusofobia", señala la rusa en la publicación.

Un día más tarde, la presentadora explicó en sus redes sociales que el objetivo del vídeo era "llamar la atención sobre la rusofobia" y que pretendía vender el resto de sus artículos de Chanel y donar lo recaudado "a las víctimas del Donbas". La portavoz del ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, también ha criticado la decisión de Chanel.