CONFLICTO UCRANIA - RUSIA

Quiénes son los 'cosacos' ucranianos y cuál es su historia de guerra con Rusia

Desde sus orígenes fueron salteadores de caminos y piratas; se agrupados en bandas, vivían de saquear poblados, granjas y caravanas; eran temidos por sus continuas borracheras, su carácter pendenciero y su forma de hacer la guerra.

¿Hay cosacos hoy en Ucrania? Sí. El profesor Richard Arnold, experto en historia de los cosacos de la Universidad de Musking (Ohio, Estados Unidos), afirma que habría 26 millones de personas en la antigua Unión Soviética que se identifican como tales, divididos principalmente entre los que gozan de nacionalidad ucraniana, rusa y kazaja.

"Los cosacos de Zaporiyia han modelado la identidad de la nación ucraniana. Como ocurre ahora, Rusia intentó asimilarlos y eso llevó a las rebeliones. Catalina la Grande les usó como fuerza militar y después les engañó. Los cosacos elegían todos los años a su jefe y votaban lanzando el gorro al aire. Catalina tenía miedo de ese espíritu libre y democrático. Lo mismo que Putin", afirma del jefe cosaco Bohdan Khmelnytsky en El Mundo.

La historia de los cosacos

En sus orígenes, los cosacos fueron asaltadores de caminos y piratas. Se agrupados en bandas, vivían de saquear pueblos, granjas, aldeas y caravanas. Así obtenían mujeres y los víveres que necesitaban, además de bienes con los que comerciar. Eran temidos por sus continuas borracheras, su carácter y su forma de hacer la guerra; las violaciones y las crueles ejecuciones de prisioneros eran la norma.

El origen se remonta a la época de las invasiones mogolas y de otras tribus de Asia central que llegaron hasta el mar Negro en el siglo XIII. A mediados del siglo XIV algunas de esas tribus se fueron asentando por las tierras deshabitadas al norte del mar Negro y el mar Caspio, en grupos de jinetes que vivían del pastoreo y del saqueo de caravanas. A esas bandas los turcos las llamaron kazak, una palabra de origen tártaro que significa jinete, pero también mercenario y hombre libre.

Se les fueron uniendo campesinos y siervos de los eslavos que huían de los altos impuestos y de las arbitrariedades de sus señores polacos y rusos, ya que les podían vender y traficar con ellos como esclavos.

Los cosacos forman parte de la historia de Ucrania. EFE

Primer asentamiento cosaco

Las comunidades cosacas vivían en torno a poblados fortificados. El primero y más enigmático fue el Sech (Zaporizhska Sech), construido en 1552 en una isla en el río Dniéper. El Sech era un lugar inexpugnable, rodeado de agua, murallas, fosos y cañones.

Los cosacos no vivían en estos poblados, vivían en el campo, adiestrándose en el uso de las armas y la equitación, o dedicándose a la caza y la pesca. Solo se agrupaban cuando buscaban refugio o como punto de reunión para planificar acciones, ya fueran de guerra, de invasión.

En 1550, un noble de Kiev, el príncipe Dmitri Vyshnyvytski, les organizó militarmente y al servicio del zar ruso Iván IV el Terrible. Se lanzaron así a la conquista de Crimea. Fue quien les indujo a construir el Zaporizhska Sech en los rápidos del río Dniéper.

En el centro de Ucrania, los nobles de Kiev y de otras ciudades grandes, para defenderse de los ataques tártaros, organizó otros ejércitos de cosacos, los horodovi (ejército de las ciudades). Estas milicias eran los cosacos del Don, muchos de los cuales pasarán a integrar el ejército del rey Esteban de Polonia, en 1569, y serán conocidos como los "cosacos registrados".

Los cosacos se fueron convirtiendo en piezas claves en la vida de Rusia y Polania. En 1590 se sublevaron contra el reino de Polonia por los abusos de poder. Acababa de empezar un período de guerra contra polacos, rusos y otomanos, en la que los cosacos fueron aliados y enemigos de todos.

La revuelta de Moscú

La corrupción y los abusos de poder de los gobernadores rusos terminaron desatando una nueva revuelta cosaca en 1670, esta vez encabezada por el pirata del Volga, Stenka Razin. Formó un ejército de 25.000 hombres qu, llegó a las puertas de Moscú.

Fue probablemente la revuelta cosaca más importante de la historia, hasta que los mosqueteros del zar les detuvieron. La represión fue realmente dura. La memoria de Stenka Razin quedó en la leyenda popular como una especie de buen ladrón, que roba a los ricos para dárselo a los pobres.

La revuelta fue sofocada en 1775 porque la zarina Catalina la Grande puso precio a la cabeza de Pugachov. Los mismos cosacos le entregaron.

Ucrania, eje de los cereales, la minería y la industria

La administración rusa del imperio del Zar del siglo XVIII dio un giro entonces a los territorios ucranianos, convirtiéndolos en el centro de la producción de cereales, la minería y la industria del Imperio.

A cambio de servir a los intereses militares de Moscú, la nobleza cosaca fue equiparada a la de Rusia, y las clases bajas lograron grandes tierras. En contraprestación, Rusia les impuso un servicio militar de veinte años; militares durante los tres primeros años; los trece años siguientes iban alternando su labor en sus granjas con el servicio militar, y pasados los veinte años, seguían cinco en la reserva.

Cosacos contra Napoleón

En 1812 los cosacos fueron la peor pesadilla para Napoleón, dice la leyenda que estuvieron a punto de capturar en dos ocasiones al estadista francés. En el siglo XIX los cosacos se convirtieron en la vanguardia del ejército zarista, tanto en la guerra de Crimea como en la expansión rusa por Siberia y Asia central.

A principios del siglo XX, los cosacos no llegaban a los cinco millones de habitantes, de los que unos 300.000 formaban parte del Ejército ruso.

Fueron las tropas más leales al zar durante el período revolucionario de 1917. Su ultranacionalismo y su fanatismo religioso los llevó a encabezar los pogromos contra las comunidades judías, el linchamiento multitudinario en todos los sentidos contra los judíos.

Tras la Revolución, el nuevo estado soviético puso fin al Kazaktchesvo (lo que se conocía como el mundo cosaco), y se les dotó de un 'estatuto de autonomía'. Los que no aceptaron las normas fueron perseguidos, sobre todo en los años treinta, cuando por orden de Stalin muchas comunidades cosacas terminaron en tierras siberianas.

Los cosacos y Putin

Los cosacos actuales se estima que son entre tres y cinco millones de personas. Desde 1991, hay fuerzas cosacas bajo el mando de Moscú que han participado en todos los conflictos que del Cáucaso y en los Balcanes. En la guerra de Crimea en 2014 también.

Vladimir Putin intentó apropiarse de su leyenda y tradición, y tras su ascensión al poder las milicias cosacas pelearan a ambos lados de las trincheras ucranianas. "Morir antes que rendirse" fue el lema de los cosacos durante siglos, un lema que ayudó a forjar su mito.

Hoy en día hay personas que se consideran cosacos por haberlo sido sus antepasados, pero se dedican a otras actividades. Los cosacos que se ven hoy día con el gorro de astracán como elemento diferenciador, tienen carácter paramilitar y se rigen por sus propios códigos, aunque con las limitaciones que establecen las leyes rusas. En Kazajstán, Ucrania y la franja de Transnistria en Moldavia hay cosacos.