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Así será la paga extra del Ingreso Mínimo Vital en 2022: ¿Cuánto se cobra y cuándo es el pago en enero?

Tras el aumento previsto para este 2022, que será del 3%, la prestación pasa a ser de 492 euros al mes, lo que hace un total de 5.899,6 euros al año.

Igual que han subido las pensiones, el Ingreso Mínimo Vital, la renta estatal que se aprobó en 2020 para paliar las consecuencias de la pandemia, enfocada a familias con pocos recursos, ha establecido una subida cada año.

Según los datos que ha confirmado José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social, la paga se abonará en la segunda quincena de enero. Será de 492 euros al mes, lo que hace un total de 5.899,6 euros al año. A comienzos de año, el Gobierno aplicó un alza del 1,8% pero, debido a una inflación más alta de lo esperado, se incrementa finalmente en un 3,4% respecto al año anterior. así, los pensionistas recibirán una paga compensatoria (conocida como 'paguilla').

Riesgo extremo de pobreza

El Gobierno quiere llegar a las 700 mil familias en riesgo de pobreza, de las 350 mil que hay ahora mismo recibiendo la prestación, y para ello quiere contar con ONG's que conocen de cerca el drama social que se vive en España

Las ayudas económicas en esta línea han variado. Así, con hijos a cargo, habrá una aportación de 100 euros al mes por cada menor en el hogar con una edad inferior a tres años; de 70 euros mensuales para los niños de entre tres y menos de seis años, y de 50 euros al mes en el caso de los mayores de seis años y menores de 18.

Otra modificación es el tipo de hogar, los posibles beneficiarios serán los que tengan menos ingresos de los fijados y que cumplan con ciertos límites en el patrimonio. Un hogar monoparental con un hijo tiene unos ingresos de 300 euros al mes, la renta mínima será de 447 euros al mes para alcanzar los 747 euros mensuales.

La ayuda contra la exclusión económica, la pobreza real, varía también dependiendo de los integrantes de la unidad familiar. Se puede percibir el IMV hasta un máximo de 1.082 euros al mes, en los casos de hogares con dos adultos y tres o más menores; con tres adultos y dos o más menores y de cuatro adultos y un menor.

El impacto de la COVID-19

Según Foessa, Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada, constituida en 1965, con el impulso de Cáritas Española para conocer de forma objetiva la situación social de España, "la cohesión social en nuestro país ha sufrido un "shock" sin precedentes como consecuencia de la tensión que ha sufrido la actividad económica y el empleo a causa de la irrupción del SARS CoV-2".

Según la investigación, llevada a cabo por un equipo de más de 30 investigadores procedentes de más de diez universidades y entidades de investigación social, la precariedad laboral durante la crisis sanitaria se ha duplicado y alcanza a casi 2 millones de hogares que dependen económicamente de una persona sustentadora principal que sufre inestabilidad laboral grave. Lo que significa que en el último año ha tenido: 3 o más meses de desempleo, 3 o más contratos diferentes, en 3 o más empresas distintas.

"Se ha producido un empeoramiento de las condiciones de trabajo que genera más trabajadores pobres y trabajadores más pobres y menos realizados personal y socialmente", afirma Raúl Flores, coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas y secretario técnico de FOESSA

A lo largo de 700 páginas, el informe Foessa confirma además que "lo que empobrece a muchos trabajadores no solo es un salario insuficiente, sino muchas veces trabajar una jornada de 3 horas cuando podrían y desearían trabajar una jornada completa, o la temporalidad y estacionalidad de los contratos".

Hay casi dos millones de núcleos familiares donde todas las personas activas están en paro. Y a pesar del aumento de la protección social no se ha logrado compensar esta situación y un tercio de estos hogares (esto es, 600 mil familias) carece de algún tipo de ingreso periódico, predecible, que permita una cierta estabilidad y capacidad de generar proyectos vitales.

La pandemia, además, ha destapado un nuevo factor de exclusión social: la desconexión digital, el nuevo analfabetismo del siglo XXI. La pandemia además ha aumentado la brecha de género. Esta crisis ha tenido más impacto en sectores más feminizados, como el comercio o la hostelería, lo que ha implicado un retroceso mayor para muchas mujeres en términos de integración social.

Mientras que la tendencia general en hogares encabezados por hombres ha sido el descenso de la integración plena a la precaria, en hogares encabezados por mujeres ha prevalecido el descenso de la integración precaria a la exclusión.

La exclusión social en los hogares encabezados por mujeres ha pasado del 18% en 2018 al 26% en 2021, un incremento que multiplica por 2,5 el registrado durante el mismo periodo en el caso de los hombres (que pasaron del 15% al 18%).