ACTUALIDAD

El presidente de Kazajistán ordena “disparar a matar” a los manifestantes

Rusia ha enviado 2.500 militares, mientras las autoridades del país centroasiática ya han detenido a más de 3.700 personas por las revueltas sociales.

Todo empezó hace apenas dos días, cuando numerosos ciudadanos de Kazajistán salieron a las calles a protestar por la subida del precio del gas. El gobierno decidió poner un precio máximo, 50 tenge por litro, al cambio son 0.10 céntimos de euro.

Además, el presidente del país ha lanzado un mensaje a la población, "insto a los manifestantes a que no escuchen las llamadas de grupos destructivos que buscan socavar la integridad y la unidad de nuestro país. Quien no se rinda, será destruido".

Un mensaje que el presidente Vladimir Putin ha aplaudido, mientras ha enviado a la frontera 2.500 militares, con un despliegue en la zona de carros de combate sorprendente para unas revueltas sociales.

Por otro lado, el Ministerio ruso de Defensa informó de la formación de un grupo de transporte de 75 aviones para desplegar tropas en la república centroasiática. Se trata de la primera intervención de la CSTO desde su creación en 1992 y en ella participan Rusia, Armenia, Bielorrusia, Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán, una organización de vocación político - militar entre varios países de Europa y Asia Central.

Según los primeros informes, las tropas de la CSTO comenzaron a llegar a Almaty, donde además de las tropas de Rusia, Bielorrusia enviaría 500, Tayikistán había comprometido 200 y Armenia enviaría 70.

"He dado la orden a los órganos de la policía y el Ejército de disparar a matar sin previo aviso", ha dicho el presidente Takayev, advirtiendo de que no dialogará. ¿Acaso es posible negociar con criminales y asesinos?" A raíz de estas decisiones, el ex presidente Nursultan Nazarbayev habría abandonado el país con su familia según informa The Bulletin.

Fuerzas militares rusas esperan órdenes de movilización. HANDOUT (AFP)

Qué pasará en el escenario mundial

La presidenta el Parlamento Europeo, Úrsula Von der Leyen ha llamado a la calma a ambas parte, mientras Emmanuel Macron, presidente de Francia, defiende la negociación con Putin, país vecino y aliado de Kazakistán. Para la OTAN, en palabras del Subsecretario General Adjunto de Asuntos Políticos y Política de Seguridad y Representante Especial para el Cáucaso y Asia Central, el española Javier Colomina, "La OTAN comparte la seria preocupación por la situación en Kazajistán, incluidos los informes de víctimas. Hacemos un llamado a todas las partes para que actúen con moderación, se abstengan de la violencia y prosigan el diálogo. Las autoridades deben respetar las obligaciones internacionales de derechos humanos, incluido el derecho a protestar pacíficamente".

Para Rusia, las revueltas las han comenzado terroristas, y el país tiene pleno derecho defender su soberanía de los robos, saqueos. Algunas fuentes afirman que las fuerzas kazajas han matado ya a 26 personas en el marco de una operación para acabar con las protestas contra del Gobierno por la subida de los precios del gas, que tienen su epicentro en la ciudad de Almaty, la principal.

En Kyzylorda, Taraz, Shymkent también habrían sufrido ataques serios de la población y los militares; en Zhanaozen y Aktau, donde todo comenzó, las protestas continúan siendo pacíficas y aparentemente se está entablando un diálogo con los manifestantes.

Entre las primeras peticiones que piden los manifestantes: volver a la constitución de 1993 (la primera que tuvo el país), que vuelva el presidente, que Tokayev tenga menos poder e inmunidad para los manifestantes.

El mensaje del presidente

Precisamente esta mañana ha lanzado un mensaje a la nación, donde ha afirmado "los trágicos acontecimientos de nuestro país ponen de relieve los problemas de la democracia y los derechos humanos de una manera nueva. La democracia no es permisividad y, además, no es incitación, incluso en la blogosfera, a acciones ilícitas".

El 11 de enero volverá a hablar, no sin recordar a la población, "continúa la operación antiterrorista. Los militantes no deponen las armas y continúan cometiendo crímenes o preparándose para ellos. La lucha contra ellos debe completarse. Quien no se rinda, será destruido. Queda mucho trabajo por delante para aprender las lecciones de la tragedia que hemos experimentado. Incluso desde un punto de vista socioeconómico. El gobierno tendrá que tomar decisiones específicas, de las que hablaré el 11 de enero en Mazhilis".