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La primera criatura gigante que habitó la Tierra

El descubrimiento del fósil de un cráneo de dos metro de largo ha permitido identificar al Cymbospondylus youngorum, la primera especie gigante de la Tierra.

Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles

Un enorme cráneo recientemente descubierto, de dos metros de largo y que pertenece a una especie de ictiosaurio gigante descubierto en las últimas fechas, aporta nuevos detalles del gran crecimiento de los primeros reptiles marinos. Esta especie, nombrada como Cymbospondylus youngorum, es la más antigua conocida entre las criaturas gigantes.

Así como los dinosaurios eran quienes dominaban en tierra, en el agua eran los ictiosaurios (que no eran dinosaurios) y otros reptiles los que, con un tamaño similar al de los primeros, tenían el control de los mares y océanos. Sus aletas en constante evolución y unas formas adaptadas para el agua, tanto en peces como en ballenas, les hicieron dominar casi en la totalidad de la Era de los dinosaurios.

El primer espécimen gigante de la Tierra

El cráneo fue encontrado en una unidad de roca conocida como Fossil Hill Member, situada en las montañas Augusta de Nevada. Junto con él, bien conservado, se halló parte de la columna vertebral, el hombro y la aleta delantera. Tras su estudio, se ha determinado que corresponde al Triásico Medio (hace 247,3-237 millones de años). "Este descubrimiento y los resultados de nuestro estudio resaltan cómo diferentes grupos de tetrápodos marinos evolucionaron tamaños corporales de proporciones épicas en circunstancias algo similares, pero a ritmos sorprendentemente diferentes", expone el curador asociado de mamíferos marinos, el Doctor Jorge Vélez-Juarbe, del Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles.

Con estos datos, según explica el museo, se considera el primer caso de ictiosaurio que alcanza unas proporciones épicas. Y no solo eso, sino que gracias a sus más de 17 metros de largo, se trata del animal más grande descubierto hasta la fecha en dicho periodo de tiempo, incluyendo las especies terrestres y marinas. Así pues, es la primera criatura gigante que habitó la Tierra.

Las cadenas montañosas de Nevada, desde hace más de un siglo, han sido una fuente inagotable de fósiles de piedra caliza, pizarra y limolita. Estas montañas, desde 1902, han producido diversas especies de ammonites, los ancestros con caparazón de algunos cefalópodos modernos, como son las sepias o los pulpos, y otros reptiles marinos. A su conjunto se conoce como Fossil Hill Fauna y se consideran presas y competidores directos del Cymbospondylus youngorum.

Fuerte competencia para dominar el mar

Este ictiosaurio de grandes dimensiones estuvo presente en los océanos hace unos 246 millones de años, esto es, poco más de tres millones de años después del surgiendo de los primeros, "un tiempo sorprendentemente corto para volverse tan grande", apunta el Museo de Los Ángeles.

Su alargado hocico y la forma cónica de sus dientes sugieren que su alimentación se basaba, principalmente, en calamares y peces. Su tamaño, por contra, revela que también podría haberse alimentado de otros reptiles marinos más pequeños. A través de un sofisticado modelo computacional se ha comprobado la energía que corre a través de la red trófica de Fossil Hill Fauna. De esta forma se recreó el entorno antiguo, que revela que las redes tróficas marinas podían soportar ictiosaurios carnínovros "más colosales". Así pues, los hubo de diferentes tamaños y estrategias para sobrevivir: desde pequeños delfines hasta ballenas y cachalotes gigantes.