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Las recomendaciones al rey Felipe VI de una experta en comunicación no verbal

Patricia Centeno, experta en estética política y comunicación no verbal, analiza en su blog el discurso del rey de la pasada Nochebuena.

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El pasado 24 de diciembre, como viene siendo habitual desde el año 1975, el rey de España dio su tradicional discurso de Navidad, con el que hace balance al año que está a punto de terminar. El de este 2021 fue el octavo del rey Felipe VI, tras la abdicación de su padre en el año 2014.

Tras su intervención para dirigirse a la nación, la experta en comunicación no verbal, Patricia Centeno, ha realizado un análisis sobre su mensaje de Navidad y elabora una lista de cosas que debería cambiar para próximos discursos. En primer lugar, hace una comparativa de su intervención con la de la duquesa de Cambridge, Kate Middelton, en la misa retransmitida por la televisión británica en Nochebuena.

En ella, la mujer del príncipe Guillermo interviene tocando el piano. En cambio, en el discurso del rey señala que "no canta ni baila, ¡pero no se lo pierdan!". Critica, a su vez la duración de un discurso que supera los 13 minutos y el contenido: "No va a decir nada (por lo menos, interesante). Al menos, que aprendan a comunicar". Como comparativa, el discurso de apenas cuatro minutos de la reina Isabel II, cediendo parte del discurso a otros miembros de la familia real.

Gestualización robotizada

La experta, en su análisis corporal, destaca un discurso "robotizado". "Este hombre necesita clases urgentes de interpretación y lenguaje corporal", indica Centeno. Pone en ejemplo en el momento en que hace alusión a la situación en La Palma, momento en el que se lleva la mano al corazón "de un modo poco natural".

Continúa analizando un gesto "que se repite cada año", como es el cerrar los puños "a lo 'Vamos Rafa'". Algo que, si bien considera que es coherente, no queda bien en una persona trajeada y sentado en una silla (y, por tanto, inactivo). "Desde hace años se sabe que ese gesto es carne de memes".

En cuanto a la realización del evento, reprende que los cambios de plano se hagan mediante los giros de cabeza del rey Felipe VI. "Sabe que cuando pronuncie aquella palabra debe mover su cabeza hacia el otro lado. Es un recurso dramático anticuado, no puede emplearse en exceso porque pasa a ser cómico y resta seriedad al discurso".

Decorado y estilismo

Por último, otro aspecto que se debería revisar para próximos discursos, según la experta en comunicación no verbal y estética política, es el del decorado de la sala. En esta ocasión se ha realizado en la sala contigua al Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela. Sobre ella, centra la atención en dos detalles: las banderas de España y de la Unión Europea y los libros, entre los que están una compilación de las Constituciones. Unos símbolos que, en su opinión, sobran. "Él como símbolo ya sería suficiente".

En su lugar, la experta considera más adecuado "un guiño cómplice a la actualidad", como un ejemplar de Almudena Grandes, escritora recientemente fallecida. Otro de los aspectos que cuestiona Centeno es la aparición, en segundo plano, de una fotografía de Felipe VI en cuclillas "que recuerda a la postura del caganer". En lo relativo a la indumentaria, "quizá los gemelos algo excesivos para un traje y, al sentarse, las faldas de la chaqueta deben colocarse para que no tome excesivo protagonismo la punta de la corbata ni la bolsa del pantalón en el abdomen".