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El volcán de La Palma "está perdiendo fuerza"

El número de sismos ha descendido drásticamente en los últimos días, señal de que "la energía" del sistema ya no es la misma, aunque los expertos piden "paciencia".

LUISMI ORTIZ

La Palma ha visto cómo la sismicidad asociada a la erupción del volcán ha descendido drásticamente en los últimos días. El pasado 30 de noviembre llegaron a registrarse hasta 373 terremotos en una sola jornada, pero este martes solo se han registrado 30 sismos. Este descenso demuestra que "el sistema está perdiendo fuerza" según Nemesio Pérez, coordinador científico del Instituto Volcanológico de Canarias, en declaraciones a Canarias7.

Este parámetro de la sismicidad se suma a otros indicadores que hacen presagiar que el final de la erupción podría estar cerca, según el experto. "Que está perdiendo fuerza es un hecho. Se ve que el sistema no tiene la misma fuerza que hace cuatro semanas: la energía del jet ya no es la misma. Antes era capaz de inyectar gases y ceniza a 4 o 5 kilómetros de altura y ya no se genera, y el penacho eruptivo lo tumba el viento", afirma Pérez, que señala que la emisión de dióxido de azufre está bajando desde el 23 de septiembre.

Cautela entre los expertos

Itahiza Domínguez, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional, también opina que este descenso del número de sismos es un síntoma positivo, aunque no cree que por eso el fin de la erupción sea inminente. "Se están registrando 40 terremotos al día. La sismicidad se sigue produciendo a profundidades intermedias y altas y no se descarta que pueda producirse un nuevo pulso. Aunque desde el inicio de la erupción la sismicidad no había descendido durante tanto tiempo, no podemos descartar una reactivación", indica Domínguez.

Algo parecido sucedió con el volcán submarino Tagoro, en el que la erupción se alargó hasta dos meses tras cesar la sismicidad profunda. Además, en las últimas horas se han producido tres terremotos superficiales, que "podrían deberse a un reajuste en el conducto de salida. Se han producido en la misma zona donde localizaron antes de la erupción", explica el experto del IGN.

Otro sismólogo volcánico, el profesor Jesús Ibáñez, también se ha mostrado cauteloso. "No son pulsos como los latidos del corazón, sino que intercala momentos más o menos energéticos", explica. Por ello, el experto de la Universidad de Granada cree que hay que esperar unos días para descartar que este descenso se deba a uno de estos altibajos. "Hay que tener paciencia. Incluso cuando cese la actividad eruptiva, hay que tener calma antes de declarar que el volcán está extinto", advierte.