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En qué consiste la jornada laboral de 7 días, quién la propone y cómo afectaría al salario

La semana de 7 días surge como propuesta alternativa al modelo de 4 días para reformar la jornada laboral y tiene varias ventajas con respecto a este.

En los últimos meses es constante el debate sobre un cambio en el modelo de jornada laboral. A pesar de que la más demandada para un cambio es la semana laboral de 4 días, ahora ha surgido una alternativa: la semana de 7 días. Aunque, a pesar de su nombre, la propuesta no plantea trabajar todos los días de lunes a domingo.

¿En qué consiste la jornada laboral de 7 días?

A pesar de lo que pueda invitar a pensar su nombre, lo que se propone no es una semana laboral en la que no haya libranzas. La jornada laboral de 7 días consiste en que el empleado puede elegir qué días quiere trabajar, incluyendo los domingos si creen que se amolda mejor a su vida y librando un lunes, por ejemplo, si así lo desea.

Esta propuesta pretende implantar una semana en la que se trabajen 40 horas repartidas en los días que el trabajador prefiera, en 3, 4 y hasta 7 días. No obstante, para que esta opción sea realizable, las organizaciones tendrían que fijar franjas de disponibilidad en las que los miembros del equipo coinciden telemática o presencialmente. El resto del tiempo el trabajo sería flexible y dependería exclusivamente de la organización del empleado, que autogestionaría su tiempo de trabajo.

El sector tecnológico o de servicios permiten este modelo, que sería una manera de conciliar la vida profesional y personal de manera flexible y particular, siempre que haya programas digitales para gestionar el tiempo y proyectos provistos de métricas del desempeño, para que el trabajador vea cómo gestiona su tiempo y cómo avanza en sus proyectos.

¿Quién propone este modelo?

En Reino Unido, ya hay varias empresas que trabajan con este modelo de semana laboral, y tanto los empleados como los empleadores están satisfechos, ya que esta flexibilidad aporta grandes beneficios. Joan Pons, CEO de Workmeter, empresa especializada en el desarrollo de soluciones de software para la medición del desempeño y la productividad, asegura a El Economista que esta jornada "acabará imponiéndose".

"El modelo ideal que irá imponiéndose en los próximos años es el de 7 días, porque están aumentando rápidamente los trabajos que pueden realizarse en remoto gracias a la ayuda de herramientas informáticas. Estos instrumentos, además, mejoran la productividad y el bienestar del empleado porque optimizan los procesos y simplifican la gestión de tareas y personas, ofreciendo la flexibilidad horaria como uno de sus beneficios diferenciales", explica Pons.

¿Cómo afecta al salario?

Al contrario que en el modelo de semana laboral de 4 días, la de siete mantiene las 40 horas laborales completas, repartidas en la semana según el deseo o las necesidades del trabajador. Por ello, el salario se mantendría intacto, a diferencia de lo que está sucediendo en empresas donde se ha implantado el modelo de 4 días, que rebajan proporcionalmente el sueldo de quienes se acojan a esta modalidad.

Pero no solo beneficia al trabajador con respecto al otro modelo, sino también a la empresa, que no se ve afectada económicamente por la reducción de horas de sus empleados. Además, este modelo no necesita financiación ni ayuda económica de organismos oficiales, como sí sucede con el proyecto piloto de cuatro días.