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Certificado energético de una vivienda: qué es, cuándo es obligatorio y cómo solicitarlo

Para aquellos que quieran vender o arrendar un inmueble, es necesario conocer en profundidad qué es este documento y cuál es su función.

Si estás pensando en vender tu vivienda o necesitas un nuevo inquilino porque el que estaba viviendo de alquiler se marcha, necesitas comprobar que el certificado energético del inmueble está en vigor. Sin él, no se puede proceder ni a la compraventa ni al alquiler del mismo. De lo contrario, el riesgo es una sanción de hasta 6.000 euros en los casos más graves.

El certificado energético es un documento que refleja la demanda energética de un inmueble en condiciones de ocupación. Para ello, se tienen en cuenta los sistemas de ventilación, iluminación, calefacción y refrigeración o agua caliente. Se trata de una medida implantada en la Unión Europea. Es de gran utilidad para los futuros propietarios o inquilinos de una vivienda ya que les da una referencia del coste, aproximado, asociado a los servicios antes citados que debe pagar al residir en la vivienda.

De esta forma, el documento contempla todos los aspectos de la vivienda para evaluarla y calificarla para, posteriormente, obtener esa etiqueta energética. En ella se detallan todos los datos recogidos empleando una escala, que puede ir desde el nivel A, el más eficiente; hasta el nivel G, el menos eficiente. Incluye también una serie de colores identificativos de esos niveles: la A corresponde al verde más oscuro y la G al rojo.

¿Cuándo es obligatorio y cuándo no?

Estos supuestos son los más habituales por los que se necesite acreditar la certificación energética. Sin embargo, la normativa define en qué casos es obligatorio. El Real Decreto 235/2013 para la certificación de la eficiencia energética de los edificios establece su imprescindibilidad para vender o alquiler un edificio o partes del mismo (pisos, apartamentos, locales comerciales...). Además, por el Real Decreto 390/2021, a partir del 2 de junio de 2021 también es obligatorio presentar el certificado energético cuando el alquiler de la vivienda se destina al alquiler vacacional.

El certificado energético no será necesario si la propiedad que se pretende alquilar o vender cuenta con una superficie útil de menos de 50 m2 y se encuentra en una zona aislada; si es un edificio industrial que se va a destinar a talleres o a la actividad que en él se desarrolle; cuando se compre para su demolición o para ser sometido a una reforma de peso; o cuando el alquiler es por un máximo de cuatro meses al año.

¿Cuándo hay que acreditarlo?

Si la vivienda cumple con los requisitos que hacen obligatoria la certificación energética, habrá que acreditarlo en el primer momento de una compraventa o de un arrendamiento; es decir, cuando se acuda a la inmobiliaria para poner el anuncio o cuando se publique dicho anuncio por cuenta propia.

La etiqueta de eficiencia energética, que es lo que debe figurar, se otorga al propietario del inmueble una vez se registra en el certificado, que se deberá incluir en el contrato de compraventa, así como entregarlo al nuevo propietario. En caso de arrendamiento, siempre que sea posterior a la entrada en vigor de la normativa, el inquilino deberá contar con una copia del documento.

¿Cómo se obtiene y cuánto cuesta?

El propietario debe solicitarlo a una empresa, arquitecto, ingeniero o técnico autorizado para expedir este certificado. Una vez elegido, el encargado recopila información sobre la vivienda: muros, ventanas, aire acondicionado, calefacción, orientación, dimensión.... Una vez reunidos estos datos, se llevan a cabo los cálculos que determinan la calificación energética de la vivienda. Posteriormente, se expide el certificado de eficiencia energética, que ha de registrarse ante el organismo competente.

El servicio no está regulado por ninguna institución, así que cada empresa o técnico cobra una tarifa distinta. El precio variará en función del tipo de inmueble, su tamaño y su ubicación. Incluso pueden existir ciertas formas de abaratarlo como, por ejemplo, si se entregan los planos de la vivienda al técnico certificador. Por ello, lo recomendable es solicitar un presupuesto previo, comparar precios entre diferentes empresas o técnicos, verificar siempre que se trata de un técnico especialista y elegir la oferta que más se adapte a lo que se necesita.

¿Qué hace a una vivienda ser más eficiente?

La Comisión Europea calcula que si una familia media opta por las mejores opciones energéticas puede ahorrar hasta 1.000 euros al año solo en gas y electricidad, lo que además ayudaría al medioambiente. Usar bombillas LED, no desperdiciar agua, poner la calefacción con termostato y un buen aislamiento son elementos clave que influyen en el ahorro de una vivienda y que aumentan la eficiencia de la misma.

¿Qué pasa si no se posee el certificado?

No tener certificado de eficiencia energética, tenerlo caducado (expira a los diez años de su emisión) o falsearlo tiene graves consecuencias. Según la Ley 8/2013 de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas, existen sanciones de 300 a 6.000 euros para quienes incumplan la ley. Por ello, antes de anunciar la venta o el alquiler sin este documento en vigor, se recomienda contactar con un técnico certificador que inspeccione las características constructivas y las instalaciones de la vivienda o local y emita el certificado que, para ser válido, tendrá que registrarse ante el organismo competente.