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¿Qué pasaría si no hubiese abejas y cuáles serían las consecuencias en La Tierra?

Estos insectos son imprescindibles para el ecosistema, con lo que los efectos de su desaparición serían nefastos para el planeta y la humanidad.

DAVID ARQUIMBAU SINTES

Los insectos pueden resultar muy molestos a veces, e incluso hay personas a las que les atemorizan. Sin embargo, algunos son imprescindibles en el planeta y debemos hacer lo que sea necesario para garantizar su existencia. Este es el caso de las abejas, que son fundamentales para mantener el equilibrio de los ecosistemas, incluidos los destinados a la producción de alimentos.

Sin embargo, la Fundación Amigos de las Abejas denuncia que estos insectos himenópteros han visto diezmada su población como consecuencia de "prácticas agrícolas intensivas, cambios en el uso de la tierra, plaguicidas (incluidos los insecticidas neonicotinoides), especies exóticas invasoras, enfermedades, plagas y el cambio climático". Ante este escenario, los científicos piden tomar medidas para proteger a las abejas y evitar su extinción, ya que supondría un enorme problema para la humanidad.

Esenciales para el ecosistema

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) destaca que la polinización es "un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas, esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres". A nivel global, "casi del 90% de las especies de plantas con flores silvestres dependen, al menos parcialmente, de la transferencia de polen por animales", según estima el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).

Asimismo, la polinización es muy importante para el medio ambiente y los ecosistemas, los llamados "servicios ecosistémicos" que permiten la manutención de la calidad del aire que respiramos y de un clima adecuado, destaca Greenpeace.

Su extinción amenazaría la seguridad alimentaria

Por su parte, el 75% de los cultivos alimentarios y el 35% de las tierras agrícolas mundiales dependen en cierta medida de la polinización. En Europa, cerca del 84% de las 264 especies de cultivo y 4.000 variedades vegetales existen gracias a la polinización por insectos, "y algunos cultivos como las manzanas, los calabacines o los melocotones son totalmente inviables sin ella", recuerda Greenpeace. Por tanto, si las abejas desaparecieran y tuviéramos que conseguir estos productos polinizándolos manualmente el precio aumentaría exponencialmente y no serían asequibles para todos.

También habría un importante impacto económico, pues, según calculó la ONG en 2014, la polinización por insectos supone unos 265.000 millones de euros anuales para la mundial, 22.000 millones para la europea y más de 2.400 millones para la española. "La repercusión que ello podría tener sobre el precio de los alimentos diarios es incalculable", advierte.

¿Cómo podemos proteger a las abejas?

Dado que son varios los factores que amenazan a estos insectos, su protección es complicada, pero desde Greenpeace señalan que "a corto plazo, el primer paso es prohibir los productos tóxicos para las abejas". "Y la solución definitiva es la adopción de la agricultura ecológica como única vía para una producción de alimentos respetuosa con todos los habitantes del planeta".

En este sentido, una veintena de organizaciones han lanzado la iniciativa 'Salvemos a las abejas y a los agricultores' para pedir "que se ponga fin al uso de plaguicidas peligrosos" en la Unión Europea. En su plataforma, piden "eliminar gradualmente los plaguicidas sintéticos de aquí a 2035, restaurar la biodiversidad y apoyar a los agricultores en la transición".

Alfons Domínguez, de la Junta directiva de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE), se suma a esta petición alegando que ha comprobado cómo ha aumentado la diversidad de plantas y de animales con la agricultura ecológica. "Al principio notamos la reducción de actuaciones en el tipo fitosanitario. Nos afectaron menos las plagas porque había mucho control natural", señala a Efe, tras precisar que acudieron más abejas, sobre todo silvestres y se convirtieron "en viveros" de polinizadores.