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¿A 90 o 120 km/h? La explicación de la DGT para saber a qué velocidad se ahorra más gasolina

El organismo aclara que aumentar demasiado la velocidad en carreteras convencionales, además de ser peligroso, incrementa el consumo de combustible.

Mariscal

Conducir a una velocidad moderada y constante no solo contribuye a reducir los accidentes o contaminar menos, sino que también puede ayudar a ahorrar dinero en combustible, según ha publicado la Dirección General de Tráfico (DGT). A través de su cuenta de Twitter, el organismo ha explicado que mantener el cuentakilómetros 90 km/h es lo "ideal" para gastar menos dinero en gasolina o diésel. En este sentido, la DGT advierte de que, si alcanzas una velocidad de 120 km/h, el consumo se puede llegar a incrementar en un 30%.

Esta recomendación generó una enorme polémica en la red social, pues numerosos usuarios recriminaron al organismo que, en vías como autopistas o autovías, esta velocidad puede entorpecer el tráfico y forzar maniobras de adelantamiento peligrosas, con el consiguiente riesgo de accidentes. Como consecuencia, la DGT tuvo que aclarar que se refería a carreteras convencionales: "Ha habido un malentendido. No recomendamos ir a 90 por autovías. Estamos hablando de vías convencionales donde la velocidad debida es 90. Obligatorio por seguridad y recomendable por ahorro".

Otras claves para ahorrar combustible

Otra cuestión por la que los usuarios de Twitter criticaron la DGT fue por la veracidad de los datos. Muchos conductores consideran que la reducción del consumo de combustible depende de más factores e, inevitablemente, del vehículo que se conduzca. El propio organismo reconoce en su revista digital que hay otros métodos para realizar una conducción eficiente, reduciendo el consumo de combustible y, en consecuencia, el dinero que nos gastamos:

1. Arrancar sin acelerar. La DGT señala que no es necesario pisar el acelerador al arrancar, ya que consumes carburante "inútilmente".

2. La primera marcha solo debe usarse para salir, "sin abusar del acelerador". Inmediatamente después de iniciar el camino, transcurridos dos segundos o 5-6 metros, debes meter la segunda marcha.

3. Anticipa el cambio de marchas. Hay que acelerar de forma progresiva, sin pisar el pedal hasta el fondo. En motores de gasolina, debes cambiar entre las 1.500-2.500 revoluciones, mientras que en los diésel el cambio se hará entre las 1.300-2.000.

4. Marchas largas. Durante el viaje, lo idóneo es circular el mayor tiempo posible en las marchas más largas y a bajas revoluciones, pero siempre manteniendo el control sobre el vehículo y teniendo capacidad de respuesta en caso de apuro.

5. Velocidad constante. Tras la fase de aceleración, es recomendable mantener una velocidad constante durante la conducción, ya que el motor reduce su exigencia.

6. Velocidad moderada. Además de no realizar cambios bruscos, y como se ha visto anteriormente, la DGT aconseja también moderar la velocidad: "No sólo por seguridad: el aumento de la velocidad implica un aumento mucho mayor del consumo de combustible y hace que este se dispare".

7. Anticipación y previsión. Es importante guardar una distancia de seguridad suficiente para no tener que utilizar los frenos.

8. Deceleración. Al igual que no se debe acelerar con el pedal a tope, frenar de forma suave también ayuda a ahorrar gasolina. Así, cuando estés a punto de llegar a tu destino, levanta el pie del acelerador y deja rodar el vehículo con la marcha engranada. "El motor actuará como freno y el consumo será cero. Si es posible, deténgase sin reducir de marcha", añade la DGT.

9. Pendientes. En las subidas, es aconsejable retrasar todo lo posible la reducción de marchas y acelerar ligeramente. En cuanto a las bajadas, resulta más eficiente circular en marchas largas y rodar por inercia, evitando cualquier situación de riesgo.

10. Otras acciones. Por último, la DGT señala la importancia de evitar el exceso de carga, planificar la ruta antes de empezar el viaje, consultar el estado del tráfico, comprobar los neumáticos, vigilar el mantenimiento del vehículo, usar la calefacción o el aire acondicionado solo si es estrictamente necesario y circular con las ventanillas subidas.