CORONAVIRUS
Por qué la COVID será un norovirus y no una gripe
La microbióloga Sarah Jane Pitt enumera las similitudes entre ambos virus, como su capacidad de mutación o que muchos pacientes son asintomáticos.
A medida que avanzaba la vacunación contra la COVID-19 para acabar con la pandemia, los expertos aseguraban que esta enfermedad se convertiría con el paso de los años en un virus endémico como la gripe o un simple resfriado común. Sin embargo, Sarah Jane Pitt, microbióloga de la Universidad de Brighton (Reino Unido) y miembro del Instituto de Ciencias Biomédicas, sugiere en un artículo escrito para The Conversation que la COVID-19 se convertirá en un norovirus, causante de la gastroenteritis.
Para empezar, la experta asegura que la COVID-19 es más contagiosa que la gripe y tiene un efecto "mucho mayor" en la salud de la población. "Podemos estar seguros de esto porque, en los últimos 18 meses, las medidas para controlar COVID-19 han reducido los casos de gripe a casi ninguno, pero obviamente no han sido tan efectivas para detener la propagación del coronavirus", argumenta. Así, llega a la conclusión de que sería un error tratar al coronavirus como una gripe: "Resultará en muchos más casos y muertes, y una enfermedad mucho más persistente que la que se observa en una temporada de influenza típica".
Comparación entre COVID-19, gripe y norovirus
Sarah Jane Pitt reconoce que la COVID-19 tiene varias similitudes con el virus de la influenza, como que muchas personas contagiadas son asintomáticas; que ambos virus son "propensos a muchas mutaciones"; que se transmiten con mayor rapidez en las residencias de ancianos, las salas de los hospitales y las escuelas; o que las personas mayores y con sistemas inmunitarios debilitados corren un mayor riesgo de desarrollar un diagnóstico grave.
Sin embargo, asegura que el SARS-CoV-2 también se asemeja en diversos aspectos con los norovirus, que, de igual forma, "pueden ser asintomáticos en algunas personas y mutan rápidamente: se han encontrado diferentes cepas de norovirus circulando por el mismo hospital durante una temporada". "De hecho, a medida que se propaga, el norovirus a veces cambia tanto que las pruebas estándar no pueden reconocer las versiones que han evolucionado", añade.
Asimismo, la mayoría de las personas infectadas con norovirus sufren diarrea, mientras que otras experimentan vómitos violentos, creando un "aerosol lleno de virus que se propaga por cualquier habitación y lo deja en las superficies, esperando que otros lo recojan, como ocurre con los virus respiratorios".
Cómo tratar en el futuro a la COVID-19
Una vez analizados estos puntos, y sabiendo que también existen "muchas diferencias" entre el SARS-CoV-2 y el norovirus, la microbióloga propone que habría que tomar medidas para frenar la transmisión de la COVID-19 similares a las que seguiríamos para prevenir infecciones con este segundo tipo de virus.
"Con el norovirus, mantenemos a las personas infectadas alejadas de las demás. Les pedimos a los padres cuyos hijos tienen síntomas que no los lleven a la escuela. Y en hospitales y residencias de ancianos, los pacientes con norovirus reciben cuidados separados de los demás, el personal usa EPP para protegerse y las superficies se limpian en profundidad. El manejo de la COVID-19 en el futuro debería ser intervencionista en este sentido. Debería ser más parecido a vivir con norovirus que con gripe", asevera.
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