SUCESOS

Hallan muerto al militar de Bélgica que amenazó a políticos y virólogos

El cuerpo del ultraderechista, que llevaba un mes desaparecido, ha sido hallado en un bosque. Se maneja la hipótesis del suicidio como la más probable.

PINO MISURACA

El militar Jürgen Conings ha sido hallado muerto en una región fronteriza de Bélgica con los Países Bajos un mes después de su desaparición y tras haber amenazado al virólogo más importante del país y al gobierno, según informan varios medios.

Conings, de 46 años, huyó en mayo después de robar en el cuartel un lanzacohetes, un subfusil, una pistola y un chaleco antibalas y dejar dos cartas de despedida en su casa. El militar, de 1'80 metros de altura y lleno de tatuajes, había sido calificado como "un extremista potencialmente violento" después de que hubiese amenazado a Marc Van Ranst, el virólogo más importante del país.

El cuerpo ha sido hallado cerca de Dilsen-Stockmen (provincia de Limburgo), al este de país, próximo al parque natural Hoge Kempen, lugar donde se encontró su coche y donde se tenía sospecha de que se escondía. El alcalde de la localidad de Maaseik, Johan Tollenaere, paseaba por el bosque en bicicleta cuando percibió un fuerte olor, por lo que decidió informar a las autoridades que hallaron el cuerpo.

La fiscalía del país ha indicado en un comunicado que es muy probable que el cuerpo sea el del militar, aunque de momento es una información preliminar que está pendiente de confirmación. La hipótesis principal que se maneja es que Conings se quitó la vida con un arma de fuego.

El "Rambo belga"

Aunque un excomisario de la policía federal afirmaba que "Jürgen Conings no es Rambo. Hay que neutralizarlo, pero no va a soltar una bomba atómica sobre el país", lo cierto es que el aspecto imponente del militar ha generado alarma en la zona durante todo el mes.

A pesar de que 250 policías estuvieron buscándole en el parque natural y de que luego se sumó se sumó la Interpol a la búsqueda, no le pudieron encontrar. Finalmente ha sido hallado muerto, aunque la familia ya ha señalado en varios diarios belgas que no creen en la hipótesis del suicidio.

Conings estaba casado, tenía dos hijos y formaba parte de una lista de unos 50 militares que tenían simpatías con la extrema derecha. Además, había profesado manifestaciones negacionistas en las redes sociales durante toda la pandemia. Conings, por ello, había amenazado al virólogo belga, quien ha tenido que estar fuertemente protegido este mes.