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Auto de la juez: Gimeno paró en casa de sus padres con los cuerpos sin vida de Olivia y Anna en el maletero

Europa Press

La magistrada certifica en el auto que el progenitor quiso hacer sufrir lo máximo posible a Beatriz, madre de Anna y Olivia.

El pasado jueves se confirmó la peor de las noticias y se encontró el cuerpo sin vida de Olivia Gimeno, una de las dos niñas desaparecidas en Tenerife. El cadáver estaba a unos 1.000 metros de profundidad, en el interior de una bolsa de deporte amarrada a un ancla.

Una vez hallado, se procedió a la realización de la autopsia, cuyo resultado se ha conocido este sábado: la joven falleció por un edema agudo de pulmón, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

Este tribunal también ha informado hoy de que la orden internacional para la detención de Tomás Gimeno por un delito de sustracción de menores ha sido sustituida por otra referente a la presunta comisión de dos delitos agravados de homicidio y uno contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género.

Dolor inhumano

La juez que investiga el crimen de las niñas ha certificado a través de un auto lo que la Guardia Civil sostiene desde el comienzo de la investigación: Tomás Gimeno quiso hacer sufrir lo máximo posible a Beatriz, la madre de sus hijas.

Tal y como precisa el documento, "Tomás les dio muerte de forma planificada y premeditada para provocar un inhumano dolor a su expareja". Asimismo, la magistrada recalca que "de forma deliberada buscó dejarla en la incertidumbre, ya que le dijo que se iría a un lugar lejano a empezar una nueva vida".

Por ello, el texto señala que Gimeno se procuró un lograr profundo del mar en el que nunca se pensó que se fuera a buscar, para así aumentar la "angustia" de la madre. Para la juez, el plan trazado por Gimeno fue "atroz para infringir a su expareja el mayor dolor que pudo imaginar".

Los hechos

El auto mantiene que Tomás Gimeno mató a sus hijas entre las 19:47 y las 21:00 horas, en su casa, en la localidad de Igueste de Candelaria. Después, con las niñas muertas en el coche, se dirigió a casa de sus padres, en Santa Cruz de Tenerife, para dejar varios efectos personales. Desde allí, se dirigió posteriormente al puerto.

Los mensajes a la madre

En el documento la magistrada también incide en los mensajes que el padre mandó a Beatriz: "No puedo permitir que crezcan sin mí. Por fin estaré bien y como quiero. Las niñas estarán bien conmigo porque tengo dinero suficiente para vivir", le dijo cuando le advirtió de que se llevaba a las menores y que no las volvería a ver.