CORONAVIRUS

Las dos claves para llegar al verano con la pandemia controlada

RICARDO MORAES

La responsabilidad ciudadana durante Semana Santa y aumentar el ritmo de vacunación son las dos claves para que la pandemia esté controlada en verano.

La situación epidemiológica en España se encuentra en un "punto muerto" tras aumentar ligeramente la incidencia acumulada a 14 días después de haberse producido una mejora prolongada desde el 27 de enero. Por ello, en la semana previa a Semana Santa, los especialistas advierten sobre el riesgo que podría suponer un incumplimiento de las medidas en estas fechas.

Entre estos expertos se encuentra el jefe del servicio de Anestesiología y Reanimación del Complejo Hospitalario de Orense (CHUO), Fermín Domínguez, que ha advertido de la importancia del cumplimiento de las medidas en estas fechas y de la necesidad de aumentar el ritmo de vacunación, no solo para evitar una cuarta ola de contagios, sino para que la pandemia pueda estar controlada en verano.

"La situación actual es de las mejores que hemos tenido, por lo que no hay que desaprovecharlo", ha advertido Domínguez, que a sus 67 años se encuentra realizando posiblemente su último servicio tras más de 40 años de carrera.

Continuarán las medidas de protección personal

Como parte del cumplimiento de las medidas sanitarias estipuladas para Semana Santa, el doctor ha hecho énfasis en el respeto de las medidas de protección personal, entre las que se incluyen la distancia social y el uso de mascarilla.

"Para que la pandemia pueda estar controlada es decisivo cómo nos comportemos durante las festividades de Semana Santa, especialmente en los días donde se produce una mayor movilidad", ha insistido.

Por otro lado, aunque las vacunas no están siendo inoculadas en el ritmo esperado, están teniendo un éxito considerable, ya que los contagios y, sobre todo, los ingresos en grupos sociales ya inmunizados, está descendiendo notablemente.

El peor momento de la pandemia

Cuestionado por cuál ha sido el peor momento de la pandemia, el facultativo no tiene ninguna duda: la primera ola. Allí, se sumaron varios factores, como "la incertidumbre, la escasez de material y el miedo a contagiarse".

En este sentido, el médico ha destacado el papel de los profesionales del sector de anestesiología y reanimación, ya que son los encargados de intubar a los pacientes y de atender en primer lugar a los pacientes que necesitan cuidados cuando las UCI están al borde del colapso.