CORONAVIRUS

Los inesperados efectos positivos de la inmunización con la vacuna

Sergio G. Canizares

Israel, con la mayor tasa de vacunación en el mundo, se ha convertido en el ejemplo perfecto, con una caída drástica de los casos de coronavirus.

Desde el pasado mes de diciembre, el mundo se ha envuelto en una campaña de vacunación masiva que cada vez avanza más y más rápido. La llegada de nuevas vacunas permitirá que la inmunidad de gran parte de la población esté cada vez más cerca y, con ello, la normalidad que tanto ansiamos. Pero, el hecho de contar con una vacuna totalmente nueva hace que, durante estos meses, también hayamos ido aprendiendo a la vez que el número de vacunados va en aumento.

Esto es lo que ha querido reflejar el último reportaje de la BBC. En el artículo, el medio británico expone que el principal objetivo de esta vacuna es reducir los síntomas del coronavirus, haciendo que los casos graves sean cada vez menos frecuentes y ayudar a que la presión hospitalaria sigue en descenso. Además, también la mortalidad vivirá una reducción notoria con el avance de las dosis inyectadas, sobre todo en la población más mayor.

Fue el pasado mes de abril cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció los criterios básicos para aceptar una vacuna contra la COVID-19: es necesario más del 50% de efectividad en sus dosis contra la enfermedad, frente a los sintomáticos o los pacientes más graves del virus. Y este objetivo se está cumpliendo, de hecho, en Israel -país con mayor tasa de vacunación- los síntomas ya son más leves y la transmisión del virus también está bajando.

Las farmacéuticas trabajaron contrarreloj

Y es que, desde que comenzó esta carrera hacia la vacuna, las diferentes farmacéuticas del mundo, ante la necesidad de acelerar este proceso, se basaron en la efectividad de las dosis, así como la intención de reducir los casos más graves a síntomas leves. La intención era buscar una solución rápida a la pandemia que había paralizado todo el mundo. Y todas hicieron lo mismo: tres fases de pruebas para establecer la efectividad de sus vacunas contra la COVID-19 sintomática.

"Debemos entender que la vacuna no es como un medicamento con el que tratamos a una persona. La vacuna es algo que protege a la comunidad. No se puede analizar desde un punto de vista individual, sino de cómo se protege a toda una población", dijo a la BBC la epidemióloga Denise Garrett, vicepresidenta del Instituto Sabin.

Francisco Guasco (EFE)

La seguridad de las vacunas, a prueba

Por ello, es necesario someter esta vacuna a diferentes procesos en el que se demuestra su seguridad: "Todo comienza con experimentos en cultivos de células animales, donde vemos si las moléculas tienen potencial para funcionar en humanos", declara en el mismo reportaje el doctor Jorge Kalil, profesor de inmunología clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo.

En el caso de que los resultados sean óptimos para la vacuna, "comenzamos con un número limitado de voluntarios en la fase uno y, a medida que avanza el conocimiento, evolucionamos a decenas de miles de participantes en la fase tres", dice Kalil. "Además de saber que CoronaVac tenía una tasa de eficacia general del 50% contra la enfermedad sintomática, la investigación mostró una protección del 78% contra los síntomas leves que también necesitaban asistencia médica. Este fue un resultado secundario observado", pone como ejemplo.

Israel, el ejemplo perfecto

Desde que inicio su vacunación, Israel ha mostrado ser un ejemplo para todo el mundo. Su rapidez en la inoculación de sus habitantes es un proceso que aplauden en todo el planeta, además de seguir la vacunación con una única dosis, la misma para todos. "Se ha convertido en un caso de estudio perfecto, ya que está utilizando la misma vacuna en toda la población y aplicando las dosis a un ritmo muy rápido", dice a la BBC Natalia Pasternak, presidenta del Instituto Questão de Ciencia, en Brasil.

Además, el avance de la vacunación en el país ha revelado una drástica caída de los casos de coronavirus en su sociedad, además de una reducción de hospitalizaciones y, por tanto, de fallecimientos por la COVID-19. "Los últimos análisis revelan que los individuos no vacunados tienen 44 veces más riesgo de desarrollar una infección sintomática y 28 veces más probabilidades de morir por la enfermedad", indicaron las autoridades sanitarias del país.

"Esto significa que las vacunas pueden tener un impacto en la transmisión viral y, cuantas más personas estén protegidas, más difícil será para el virus encontrar a alguien vulnerable", dice Denise Garrett.

Preocupación por las variantes

Sin embargo, las variantes siguen estando en el punto de mira. "Son preocupantes. Las vacunas que tenemos en este momento dan cuenta de los tipos de coronavirus que se han descrito hasta ahora. Por lo tanto, no podemos dejar margen y tiempo para que aparezcan otras versiones y se escapen de la solución que tenemos", dice Pasternak.