CORONAVIRUS
Simón: "Sigo pensando que la mascarilla no es clave para detener la transmisión"
El director del CCAES estuvo en el programa de Jordi Évole para explicar algunas de sus declaraciones o decisiones, como la de decretar el confinamiento.
Fernando Simón estuvo este domingo en el programa 'Lo de Évole', de LaSexta, para mostrar su lado más personal y explicar cómo ha sido el duro trabajo que ha tenido que desempeñar durante este año de pandemia en el que han muerto más de 70.000 personas en España, aunque más bien han sido "han sido 1 fallecido 70.000 veces. Todos hemos sufrido cada uno de ellos. No puedes considerar que estás satisfecho con tu trabajo cuando tienes tantos muertos cada día por una enfermedad infecciosa que tendríamos que minimizar su impacto en la salud. No estamos satisfechos, porque cada muerte cuenta".
Esta situación ha estado a punto de quebrar al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, quien reconoció haberse sentido emocionalmente superado en algún momento, como todos los trabajadores de Salud Pública. Porque el peso de tener que gestionar una crisis sanitaria y económica de esta envergadura puede ser muy difícil de llevar. Y es que a lo largo de este año se ha visto envuelto en decisiones primordiales para luchar contra la pandemia, así como de polémica por ciertas declaraciones.
¿Cuándo se decidió el confinamiento?
Uno de los momentos clave de 2020 fue la declaración del estado de alarma y la imposición del confinamiento domiciliario nacional para frenar la expansión del virus en nuestro país. Al respecto, Simón reveló que hubo dos días en los que se dio cuenta de la necesidad de actuar: "Recuerdo el momento exacto donde me doy cuenta de que hacen falta medidas. Eso fue el 9 o 10 de marzo. Había que dar una visión nacional y cambiar, aunque fuera temporalmente, la forma de funcionamiento del país, al menos en la salud".
"Yo creo que son decisiones que ahora se ven de otra manera, pero en aquel momento eran decisiones muy duras", insistió, especialmente por el hecho de "plantear la necesidad de confinar a la gente en sus casas y empezar a controlar libertades individuales". Por ello, exponer esta idea al Gobierno supuso un gran reto: "Mientras vas dando la explicación, vas viendo las reacciones. Y piensas '¿y si nos equivocamos?'. No estamos hablando de controlar un hospital, estamos hablando de inmovilizar un país entero. Bloquear un país entero".
Tampoco fue fácil para el presidente del Gobierno asimilar lo que estaban a punto de hacer: "Cuando explicamos la situación y las necesidades del país, Pedro Sánchez respiró profundamente y asumió la posición que tiene de jefe del estado y dijo 'si tenemos que hacerlo, vamos a ver cómo lo hacemos'. En aquel momento admiré el comportamiento de los representantes".
Al ser preguntado sobre si hubiera cerrado el país antes, reflexionó: "Tengo 30 casos al día, incidencia de 0,5 ¿y voy a cerrar el país? Me hubiera gustado saber qué hubiera pasado si hubiéramos cerrado el país el 3 o el 4 de marzo en lugar de unos días después".
Utilidad de las mascarillas
A modo de reflexión final, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad señaló que no le gustaría ser recordado, sino olvidado: "No me gustaría que me recordasen a mí, sino que en los medios españoles se ha hablado de Salud Pública y de los retos que tenemos en España, de que el objetivo es que la población viva sana, no que se enferme para curarlos. Me gustaría que se olviden de mí. No creo que mi persona tenga mayor misterio ni interés. Soy una persona muy normal. No tengo mayor interés en que se acuerden de mí".
Sin embargo, su nombre va a ser difícil de olvidar, ya que durante el último año ha sido la cara visible del Gobierno, exponiéndose a las críticas y opiniones de todo el país. Entre las más polémicas, se encuentran unas declaraciones en las que restaba importancia al uso de la mascarilla, una postura que no ha cambiado: "Sigo pensando que la mascarilla no es clave para detener la transmisión". Así, aseguró que "no es necesario que todo el mundo la lleve", sino que "lo importante es que la lleve quien está enfermo". El problema, añadió, es que "no sabemos quién está enfermo", lo que explica que su uso sea obligatorio para todos en espacios cerrados.
La frase que le persigue desde el principio
Otra de las frases que más famosas se han hecho de Fernando Simón fue la que procuró al principio de la pandemia, cuando aseguró que España no iba a tener "como mucho, más allá de algún caso diagnosticado". Todo lo que aconteció después provocó una oleada de críticas, aunque él asegura que no lo ha hecho y que le suelen recordar esa frase "con chistes". "El 31 de enero en España fue cuando se diagnosticó el primer caso, un alemán que había viajado a la gomera. No había transmisión nada más que en China, y muy controlada. En aquel momento era la evaluación que podíamos hacer", argumentó a continuación.
Eso sí, admitió que "podía haber sido más prudente, está clarísimo". Sin embargo, está en su naturaleza ser un "bocazas", motivo por el que asegura que nunca podría ser político: "Tampoco puedo ni creo que aguantara. Hay que tener una personalidad más fuerte de la que tengo y una resiliencia individual mayor a la mía".
Navidad, una lección para Semana Santa
De cara a la tercera ola que se desató después de las celebraciones navideñas, Simón culpó a cierta parte de la ciudadanía: "En Navidad hubo la suficiente desobediencia como para que la transmisión se desbordase". Aunque también asumió la responsabilidad que tenía el Consejo, insistió en que se podrían haber respetado más las normas: "Las decisiones se toman en el Consejo Interterritorial. Creo que en Navidades se podría haber sido más estricto. Pero también se podía haber sido como se fue y haberse cumplido las medidas de protección personal en su totalidad".
No obstante, matizó que, en general, "la población cumple muy bien las medidas". "El problema surge cuando los que no cumplen se exponen. En Navidad hubo un incremento muy rápido en periodos muy cortos". En cambio, confía que, de cara a Semana Santa, la respuesta sea diferente: "Espero que la población entienda el riesgo al que nos sometemos en Semana Santa, se pueda lo que se pueda hacer,". "Estoy seguro de que la gente va a responder", manifestó.
Obsesión con el salario de los funcionarios
Por otra parte, Simón se mostró muy serio a la hora de hablar de su salario, así como molesto por la "obsesión" que hay con el sueldo de los funcionarios: "Yo sé lo que cobro neto. A raíz de la información publicada sobre mi sueldo me llegó una pregunta del portal de transparencia. Creo que no es bueno que con los funcionarios se llegue a un nivel de obsesión con los sueldos. Nosotros realizamos un trabajo continuado y si dentro de "x" tiempo llega una epidemia, la sobreexposición a la que se somete a los funcionarios puede llegar a que estos digan que la pandemia se la coman otros".
Así, destacó las horas extra que ha estado haciendo durante este año: "Esta pandemia, en horas de trabajo, ha supuesto entre 14-16 horas de trabajo 7 días de semana. Los fines de semana y por la noche, las horas valen más. He estado trabajando, por lo menos, lo equivalente a 3 años o más". Aun así, se mostró satisfecho con su labor: "Me compensa mi trabajo. Lo hago por la población de mi país y por la global. Es mi responsabilidad. La parte económica no es lo que más me importa. Yo tengo para comer, pero hay gente que no. No necesito hacerme rico".
Con quien se iría a un concierto
Durante la conversación con Jordi Évole, también hubo tiempo para el humor. El periodista preguntó a Simón con quién se iría a un concierto. "Me iría a un concierto de estar sentado con Salvador Illa o con Ana Mato. Si fuera de estar de pie y de bailar, con Illa. Ha sido un año intenso y hemos llegado a tener un nivel de comunicación intenso que nos ha permitido trabajar bien", respondió el epidemiólogo. En cambio, si se tratara de algo más longevo, como meter a una persona en tu grupo burbuja, Simón señaló que "metería a Alfonso Alonso por su gracia. Pero para evitar riesgos metería a Darias porque es hiper responsable".
Continuando con las cuestiones de carácter más personal, Évole le preguntó por su orientación política, ante lo que Simón se sinceró tras dudar al principio: "Creo que se me nota. Yo soy muy social. Tenemos que preocuparnos por las personas que tienen necesidad, los que tienen las necesidades cubiertas me preocupan poco. Somos una población y no entiendo cuando los desfavorecidos son tratados como de otra especie y más sabiendo que el nivel socioeconómico de las familias tiene mucho que ver con el futuro de sus hijos".
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