CORONAVIRUS

Los motivos por los que no se deben cruzar las gomas de la mascarilla

Llevar la mascarilla con las gomas cruzadas abre un espacio que puede suponer que el 50% del aire exhalado salga al exterior sin filtrar.

Más de un año después de que se notificara en España el primer caso por coronavirus, todavía surgen dudas sobre cómo llevar la mascarilla. Hay personas que, cuando la mascarilla no se sujeta bien a la cara, cruzan las gomas para tener sensación de que va mejor sujeta. Sin embargo, esto no sucede y, además, disminuye notablemente la protección que esta aporta.

El director de los servicios técnicos del Consejo General de farmacéuticos, Antonio Blanes, ha advertido de que una pequeña apertura podría hacer que el 50% del aire exhalado saliera sin filtrar al exterior. Por ello, ha censurado esta práctica resaltando que provoca la creación de agujeros en los laterales. "La cantidad de aire que entra y sale por un hueco, por muy pequeño que sea, no tiene control", ha subrayado.

Otros especialistas, como el catedrático de Química y Ciencias Medioambientales en la Universidad de Colorado, José Luis Jiménez; o la enfermera del Consejo General de Enfermería, María Enríquez, coinciden en esta valoración. "Si no se ajusta bien la mascarilla, da igual el tipo que sea y la protección que, a priori, proporcione", ha destacado el primero.

Por lo tanto, hay que tener en cuenta que la fiabilidad de las mascarillas no solo depende de su capacidad para filtrar el aire, sino que también influye cómo se adapten a los rostros de las personas. No es lo mismo una cara con barba que una con gafas. Por ello, los expertos recomiendan buscar una mascarilla que se adapte perfectamente a la nariz y a la boca para evitar la emisión de aerosoles al exterior.

Dos mascarillas no son la solución

Otra práctica habitual es llevar dos mascarillas para cubrir los espacios que deja una. Sin embargo, esta tampoco es la solución. Incluso podría ser contraproducente, ya que, como ha explicado Blanes, "pueden dificultar la respiración, sudar más y humedecer la mascarilla, haciendo así que pierda su efectividad".

En cambio, un hábito que sí podría tener algo de sentido es ponerse una mascarilla quirúrgica sobre una FPP2. De esta forma sería posible prolongar alguna hora la vida de la FPP2 reduciendo la de la quirúrgica. Así, la FPP2 estaría protegida de mojarse y su vida útil sería superior.