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La agresiva estrategia de Hong Kong para frenar la COVID

DPA vía Europa Press

Sus autoridades están bloqueando edificios residenciales enteros sin previo aviso, y todos los ciudadanos deben hacerse un test o en caso contrario reciben una multa de unos 540 euros.

Hong Kong ha puesto en marcha una nueva y controvertida estrategia para contener los brotes de coronavirus. Tal y como informa The Guardian, sus autoridades están bloqueando edificios residenciales enteros sin previo aviso, y todos los ciudadanos deben hacerse una prueba diagnóstica o en caso contrario recibirán una multa de 5.000 dólares de Hong Kong (alrededor de 540 euros).

Así, se han hecho virales las imágenes que muestran a decenas de oficiales corriendo por la calle desplegando un rollo de cinta para acordonar un inmueble. El pasado martes, el Ejecutivo autorizó a que pudieran irrumpir en las casas de los residentes y sacarlos por la fuerza si no se someten a los correspondientes test.

Una docena de positivos

Esto ha llevado a algunos medios locales a publicar guías para poder descubrir si el hogar de cada persona podría ser el siguiente en ser visitado por los agentes. Pese a la agresividad de la estrategia, el Gobierno defiende que ya se han detectado una docena de positivos entre más de 10.000 analizados.

Hong Kong ha evitado los grandes confinamientos, pero los cierres específicos de edificios están aumentando pese a la disminución de infecciones. Los bloqueos de fincas duran solamente uno o dos días y están orientados a inmuebles densamente poblados y sin una administración centralizada.

Dudas sobre la rentabilidad

La táctica, eso sí, ha despertado dudas entre algunos expertos debido al bajo número de casos encontrados. Por ejemplo, en la última inspección realizada en Lam Tim, de 2.000 personas evaluadas, se detectaron cero positivos.