La Tierra alcanza su máxima velocidad

La Tierra alcanzará este sábado 2 de enero la velocidad más alta que se registrará en todo el 2021, año al que acabamos de dar la bienvenida. Una velocidad que, según el Observatorio Astrónico Nacional, llegará a los 110.700 kilómetros por hora o, lo que es lo mismo, 30,75 kilómetros por segundo. El fenómeno se conoce por el nombre 'perihelio', momento en el que la Tierra está más cerca que nunca del Sol, a unos 147.093.051 kilómetros de distancia del astro.

Su contrario, conocido como 'afelio' -momento en el que la Tierra está más lejos del Sol-, no se dará hasta el próximo verano, el 5 de julio según calculan los expertos. En este momento, estaremos a unos 152.100.375 kilómetros de distancia del astro. Unas fechas que van valiendo según el año debido a los calendarios -teniendo en cuenta los años bisiestos, como el 2020 que hemos dejado atrás- o los años trópicos, es decir, la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol. Por ello, estas fechas no son fijas en el calendario.

Pese a que la velocidad media a la que se mueve la Tierra es de 107.280 kilómetros por hora -recorriendo una órbita elíptica de 930 millones de kilómetros cada 365 días y 4 horas-, Kepler fue quien descubrió que los planetas se mueven más rápido en su órbita cuanto más cerca estén del Sol. Por ello, y según la segunda ley de Kepler, la velocidad máxima que alcanzará nuestro planeta este sábado es de 110.700 kilómetros por hora y en julio, la más lenta, a 103.536 kilómetros por hora. Lo que supone más de 7.000 kilómetros por hora de diferencia en seis meses.

Temperaturas gélidas para comenzar el 2021

Sin embargo, resulta raro pensar que, cuando más cerca estamos del Sol, las temperaturas están siendo las más gélidas de lo que llevamos de invierno. Bueno, lo cierto es que es normal. La explicación viene or la inclinación del eje de rotación de la Tierra. En el hemisferio sur ahora están disfrutando del verano. De hecho, que hemisferio norte -en el que se encuentra España- esté más cerca del Sol en invierno hace que sean -aunque parezca mentira- menos fríos que los del hemisferio sur. Lo mismo pasa en verano: en nuestro hemisferio, el norte, los veranos también son menos calurosos.