CORONAVIRUS

La pandemia trae el 'síndrome de la cara vacía'

El uso de la mascarilla está afectando a la interacción social y a la parte emocional de la población al no poder empatizar con las emociones.

La pandemia del coronavirus ha hecho que tengamos que adaptarnos a una nueva forma de vida donde llevar mascarilla fuera de nuestros hogares se ha convertido en algo imprescindible. Tanto es así que es un complemento que no falta en nuestros bolsos o mochilas y del que si nos olvidamos, al segundo nuestro cerebro nos recuerda que hay que volver a por ella.

Pero, aunque el uso de este protector facial nos puede ayudar a frenar los contagios por la COVID-19, también tiene inconvenientes, y es que la mascarilla está afectando a la interacción social y a la parte emocional de parte de la población, entre otras cuestiones porque no podemos expresar nuestras emociones con las facciones de la cara y, también, porque si no la llevamos puesta el resto de individuos nos mira como si fuéramos "bichos raros".

'Síndrome de la cara vacía'

Como explica el psicólogo José Antonio Galiani para NIUS: "En la actualidad convive con la población el 'Síndrome de la cara vacía', un padecimiento que se identifica con el conjunto de síntomas mentales y emocionales que nos ocasiona, por un lado, el dejar de tener puesta la mascarilla, debido a la sensación de vulnerabilidad a la enfermedad que podemos sentir y, por otro lado, el malestar que nos genera el ver a otras personas sin mascarilla".

"La reacción de cada individuo depende de muchos factores, tales como la interacción entre la personalidad de cada cual, es decir, si es más o menos temeroso, arriesgado, solidario...; también la percepción de vulnerabilidad, las situaciones que vive y cómo le ha ido en esta pandemia. Incluso va variando en sus reacciones según el momento o las circunstancias", añade Galiani.

El psicólogo habla del grupo social de los 'cumplidores', aquellos individuos que, como su nombre indica, cumplen con las medidas a rajatabla: "Son personas que experimentan mucho malestar emocional y pueden ser altamente reactivas y desencadenar un conflicto o una agresión, ya que estas conductas antinormativas que se dan en su entorno hacen que se irriten, se frustren o se sientan 'imbéciles' por ese pulcro cumplimiento por su parte de las medidas sanitarias", explica.

El problema de no expresar las emociones

"Llevar la cara tapada nos oculta una parte importante de los signos que nos ayudan a distinguir las emociones que siente la persona que nos habla. Hace algo más de dos décadas se descubrió que en nuestro cerebro existen unas neuronas, llamadas 'neuronas espejo' que son responsables de la capacidad que tenemos de ser empáticos, ya que nos permiten percibir el estado de ánimo que tiene la persona que tenemos enfrente, si está cansada, alegre o triste", cuenta Galiani.

No empatizar con las emociones supone un problema para algunas personas: "Los psicólogos, en nuestras consultas, hemos comprobado cómo la represión de los sentimientos produce, en las personas que los sufren, bloqueos emocionales, ansiedad, desafección y depresión. De hecho, uno de los objetivos de toda terapia es la liberación y expresión de las emociones, ya que son la base de la vuelta al equilibrio emocional y al bienestar de la persona", asegura el experto.

La importancia del apoyo social

El apoyo social, una clave para afrontar la nueva situación: "Es especialmente importante intentar mantener un contacto regular con otras personas a través de una presencialidad responsable, hablando con las personas de más confianza y compartiendo tus sentimientos y preocupaciones con ellas", advierte.