Frenazo a las clases presenciales en Corea del Sur. La capital del país, Seúl, ha tenido que tomar esta medida debido al rebrote que asola la urbe desde hace dos semanas. Esta decisión afecta a guarderías, parvularios y colegios, con la única excepción de los alumnos del último curso de educación secundaria, ya que tienen que preparar la prueba de acceso a la universidad.

Así, los estudiantes no volverán a las aulas hasta al menos el próximo 11 de septiembre. Las autoridades se han referido a ello como la mayor crisis desde el comienzo de la pandemia y la disposición también se extiende a la ciudad de Incheon, así como a la vecina provincia de Gyenonggi.

Numerosos contagios

El Gobierno del país puso en marcha una reapertura escalonada de los centros, aplicando un sistema de asistencia rotatoria y cada semana sólo acudía un tercio de cada clase. Pero ello no ha podido evitar que las aulas de la capital surcoreana se hayan convertido en un nuevo foco de contagios.

En los últimos quince días, hasta 150 estudiantes y 43 profesores han dado positivo, por lo que las autoridades se han visto obligadas a detener la enseñanza presencial. Corea del Sur ha destacado por ser uno de los países que ha gestionado la pandemia con mayor eficacia, puesto que ha registrado 18.267 infecciones y 312 muertes.

Pero en las últimas semanas, se ha producido un repunte de nuevos casos, aunque llevan dos días consecutivos por debajo de los 300 contagios. Kwon Jun-Wook, responsable del Centro Coreano de Prevención y Control de Enfermedades, calificó este descenso como "la calma antes de la tormenta" y advirtió que era la última oportunidad de poner el virus bajo control antes de que se propagara desde Seúl al resto del territorio.