CORONAVIRUS

Si hay un rebrote fuerte en otoño, faltarían 6.720 camas UCI, según los intensivistas

Jesús Diges

Varias sociedades han elaborado un plan de desescalada para mejorar los servicios de Medicina Intensiva y poder hacer frente a una segunda oleada.

Los responsables de las unidades de cuidados intensivos de España alertan con un documento de 70 páginas de que el país necesita un "registro nacional de las UCI del país y un plan de contingencia territorial que premie el criterio de solidaridad entre centros" para evitar, como ya sucedió, que algunos servicios de Medicina Intensiva superaran el 300% de ocupación mientras en Comunidades Autónomas sobraban camas.

"Estamos trabajando ante la posibilidad de que se produzcan rebrotes significativos de la neumonía COVID-19 en España después del verano, con un alcance que ahora es difícil de estimar. Estamos preparándonos para poder atender este potencial incremento de casos de pacientes críticos, de tal manera que se garantice que los enfermos que lo necesiten reciban toda nuestra atención especializada en las UCI. Es importante disponer de los espacios adecuados y el equipamiento necesario, así como que los intensivistas y el resto del personal sanitario estén adecuadamente entrenados y preparados", expone Ricard Ferrer, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).

El organismo ha creado, junto a la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias (SEEIUC) y la Federación Panamericana e Ibérica de Medicina Crítica y Terapia Intensiva (FEPIMCTI), un protocolo de actuación para mejorar el funcionamiento de las UCI ante la posibilidad de una segunda oleada de coronavirus. Se trata del 'Plan de Desescalada para los servicios de Medicina Intensiva tras la pandemia producida por la COVID-19'.

En este plan de desescalada, los intensivistas avisan de que durante los brotes actuales se ha vuelto a ver algún caso de colapso por el crecimiento de pacientes críticos y recuerdan utilizaron una encuesta con los 250 servicios de Medicina Intensiva del país para evaluar el estado de las UCI en el sistema público. Obtuvieron 149 respuestas que no sirvieron para conocer la dinámica de las siguientes semanas, solo para hacer "una foto fija de la situación al inicio de la pandemia". También explican que los datos que proporcionan las administraciones sanitarias no permiten conocer a tiempo real la situación de todas las unidades del país. De ahí la necesidad de crear un "registro nacional" para enfrentar una posible nueva oleada.

Tres posibles escenarios

El plan para calcular las necesidades de camas UCI en caso de rebrote valora tres posibilidades. En primer lugar, aparece un escenario pesimista, en el que la ocupación sería la misma que en la pandemia actual, más un 50% de pacientes no relacionados con el coronavirus, lo que supondría que serían necesarias 6.720 camas en todo el país y 5.590 si se asume solo un 25% de pacientes no contagiados.

En segundo lugar, aparece un escenario intermedio que estima la ocupación de las UCI en el 60% en el pico de pacientes infectados por la COVID-19. Si se asume un 50% de pacientes sin el virus, se necesitarían 4.935 camas, mientras que si se atiende solo a un 25% de pacientes ajenos al coronavirus se precisarían 3.805 camas UCI.

Por último, también hay un escenario más optimista que contempla que la tasa de ocupación en el sea únicamente del 30% de la actual, lo que implica 3.597 camas con una actividad del 50% de pacientes sin coronavirus y 2.467 camas si se baja al 25% de lo habitual.

En dicho documento, los intensivistas también hacen mención a las cantidades de material y suministro farmacológico, sobre el que aconsejan que: "Los hospitales deben tener planes para obtener suministros adicionales en coordinación con otros centros cercanos, proveedores farmacéuticos y autoridades de salud regionales y nacionales". Además, han publicado tablas de fármacos para utilizar en cada uno de los diferentes escenarios. Las camas deberán contar con un equipo de ventilación mecánica invasiva.

Un enfermero por cada dos pacientes críticos

El documento señala además, que será necesario, que un enfermero pueda ocuparse de hasta dos pacientes críticos, pudiendo variar a un enfermero por paciente en el caso de que sea necesario, y manteniendo como refuerzo a los enfermeros experimentados por cada 4 o 6 camas. De esta forma, no se paralizarían los servicios asistenciales y podrían trabajar de forma simultánea con el resto de servicios. También será necesario un intensivista por cada tres pacientes, y dos -como mínimo-, por cada 12 camas en turno de guardia.

El doctor Pedro Rascado, coordinador del Plan de Desescalada, ha señalado que: "En esta fase es necesario recordar la necesidad de mantener en funcionamiento todos los proyectos que han demostrado mejorar la calidad asistencial de los pacientes".