China ha decretado el confinamiento total en la ciudad de Shulan (unos 700.000 habitantes), en la provincia de Jilin, tras detectar un nuevo brote de coronavirus. Se ha comenzado a llevar a cabo un cierre severo y similar al que se aplicó en Wuhan, epicentro de la pandemia por coronavirus, después de que la provincia de Jilin haya registrado 34 nuevos contagios en los últimos quince días.

Así se ha llevado a cabo el cierre de todos los complejos residenciales con casos confirmados o sospechosos y sólo una persona de cada familia podrá salir del domicilio para comprar artículos esenciales durante dos horas cada dos días aunque si en un edificio es detectado un caso, nadie puede entrar o salir hasta que lo permitan las autoridades. También se ha clausurado el servicio ferroviario y de autobuses, se han vuelto a cerrar las escuelas y la población vuelven a estar en cuarentena.

Dos casos en 24 horas

El noreste de China ha sido uno de los lugares más golpeados por el COVID-19, tan sólo superado por la provincia centro-oriental de Hubei. Las fronteras con Rusia se mantienen cerradas desde hace semanas, junto con Corea del Norte, puntos que se consideran factibles en la difusión del rebrote y de los seis casos nuevos localizados ayer en el país, dos se diagnosticaron en Jilin, que ahora permanecerá cerrada para que no se sigan reproduciendo su difusión. 

Según los datos ofrecidos por China, el total de infectados diagnosticados son 82.960 desde el inicio de la pandemia; 4.634 han fallecido y 78.241 han superado con éxito la enfermedad y ya tienen el alta. 46 permanecen hospitalizados, tres de ellos en estado grave. El total de asintomáticos en observación es de 389. Toda medida de precaución es poca para intentar frenar un rebrote en China.