Las máquinas de vending han evolucionado desde la venta de tabaco, refrescos o aperitivos a una amplia gama de productos que abarcan desde accesorios electrónicos a productos lácteos frescos. En un momento en que la venta y entrega de productos sin contacto ha cobrado relevancia para evitar la propagación del coronavirus, el modelo ha dado una vuelta de tuerca.

El Metro de Barcelona ha echado mano de esas máquinas expendedoras para facilitar que todos sus pasajeros cumplan con la obligación de llevar mascarilla en el transporte público. El suburbano de la Ciudad Condal cuenta desde el lunes con diez máquinas de venta repartidas por siete de las principales estaciones de la red. En ellas, los usuarios pueden adquirir tanto mascarillas como gel hidroalcohólico.

No ha sido el único lugar en el que las mascarillas han tomado posiciones en los lineales de las expendedoras. Días antes de la declaración del estado de alarma comenzaron a estar disponibles en las máquinas de parafarmacia que hay en las terminales del Aeropuerto de Madrid-Barajas. En ciudades europeas como Bruselas, Viena o Moscú, los productos sanitarios también han llegado a las máquinas en diferentes lugares.

El sector del vending tradicional se ha amoldado a la demanda y ha incluido los productos sanitarios en su oferta. Las mascarillas ocupan ahora el lugar de los gusanitos. Sin embargo, en un negocio más especializado, como las farmacias, aunque llevan tiempo complementando su horario de atención al público con máquinas a disposición de sus clientes las 24 horas del día, varias boticas consultadas por AS no las han incluido en su surtido.

Reparto municipal

En Eibar, las máquinas expendedoras van a ser el canal de distribución del reparto de mascarillas que va a realizar el Ayuntamiento entre sus vecinos. El consistorio armero ha aunado fuerzas con la empresa local Urkotronik, que cederá cinco máquinas de vending para instalarlas, hoy mismo, en diversos puntos de la localidad guipuzcoana.

Las máquinas dispensarán paquetes de cuatro mascarillas y el Ayuntamiento está haciendo llegar a cada domicilio una tarjeta que permitirá retirar semanalmente un lote gratuito. Una docena de instituciones públicas, hospitales y empresas se han interesado por este sistema. "Un ayuntamiento, un centro educativo o un hospital tienen una serie de necesidades particulares. Cada proyecto se puede diseñar a la carta", comenta a AS el gerente de Urkotronik, Carlos Abad.