La previsión del tiempo del 1, 2 y 3 de mayo: llega el calor

Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) auguran un inicio de mayo con temperaturas prácticamente veraniegas. Según este organismo, la situación de altas presiones que predominarán en la mayor parte de la Península y Baleares a partir de este viernes provocará un ascenso continuado y generalizado de las temperaturas. Este buen tiempo se mantendrá al menos hasta el próximo martes 5 de mayo.

Así, se esperan valores máximos superiores a los habituales en estas fechas en todas las zonas del país desde la festividad del Día del Trabajo, que se celebra el 1 de mayo. Como ejemplo, se prevé que el viernes en los valles del Ebro y del Guadalquivir y en la zona de Levante se lleguen a alcanzar, como mínimo, los 24 grados. Esa tendencia generalizada se incrementará el sábado y será aún más acusada desde el domingo, debido a la entrada de una masa de aire cálido procedente del norte de África, que afectará especialmente en la mitad oeste peninsular.

El calor que se avecina podría ser positivo de cara a la lucha contra el coronavirus, según sostienen algunas teorías científicas que subrayan que las enfermedades víricas de tipo respiratorio, como la gripe, se propagan mejor con el frío. No obstante, no se ha demostrado aún que la COVID-19 mantenga dificultades para sobrevivir con temperaturas altas.

Sin base científica

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, se ha referido a este asunto en su comparecencia del jueves, destacando la ausencia por el momento de base científica que permita vaticinar un descenso de la intensidad en la propagación de la enfermedad que ha golpeado duramente a España. "No hay evidencia científica concluyente", aseguró.

"Es verdad que algunos coronavirus se comportan con el calor de una forma que remite el contagio, no sobreviven en buenas condiciones con esas características. Ojalá sea el caso de este virus, pero aún hay muchas cosas que desconocemos", añadió el ministro de Sanidad. Illa ha subrayado, no obstante, el hecho de que las zonas más calurosas del país cuenten con índices epidemiológicos mejores que el resto, algo que podría invitar al optimismo de cara a un menor impacto de la enfermedad en las próximas fechas.