CORONAVIRUS

Los casos importados hacen temer una segunda ola de coronavirus en Asia

HECTOR RETAMAL

Las llegadas de ciudadanos que vuelven a países en los que la epidemia estaba más o menos controlada están provocando un nuevo alza en las cifras.

A Asia le vuelven a crecer los enanos con el coronavirus. La región en la que se originó (con China como zona cero) la pandemia que hoy afecta a todo el globo y la primera en conseguir un cierto control de la expansión del patógeno está volviendo a registrar un repunte en sus cifras de contagios. El problema ha pasado de ser uno de transmisión interior a otro de penetración exterior-interior.

El continente podría sufrir una segunda oleada de contagios, según publica este miércoles The Guardian. ¿El motivo? La avalancha de retornos de ciudadanos, en muchos casos infectados de forma asintomática, a sus lugares de origen.

Por ejemplo a Hong Kong, una Región Administrativa Especial dentro de China que goza de cierta autonomía en política interna respecto a Pekín pero tiene supeditada su política exterior a los dictados de la República Popular. Allí se han contabilizado 802 casos y 4 muertos en total y durante los primeros compases del brote no hubo un solo día con un crecimiento de más de 11 casos. Cuando sus ciudadanos en el extranjero han empezado a llegar, el incremento diario se ha situado en torno a los 50 y ha obligado al gobierno a tomar medidas que se habían evitado hasta ahora, prohibiendo las entradas en sus fronteras y las aglomeraciones, y a reforzar su respuesta, con centros de cuarentena, más test y brazaletes electrónicos para realizar un seguimiento de los contagiados.

Al oeste, Singapur aparecía como uno de los países que mejor ha gestionado la crisis. Con una de las densidades de población más altas del mundo (más de 8.000 habitantes por kilómetro cuadrado), solo presenta 1.000 casos confirmados entre un total de unos 5,8 millones de habitantes. El problema es que el 60% han aparecido en las últimas tres semanas, por lo que ya se han aprobado multas y penas de prisión para los que eludan el confinamiento. Tampoco están permitidas las reuniones masivas ni la entrada a los viajeros que vayan a estar un periodo corto de tiempo y aquellos que hayan obtenido un visado de larga duración necesitarán una aprobación especial antes de cruzar la frontera.

En Japón, donde el brote fue menos virulento en enero y febrero, los contagios diarios se han disparado por encima de la cincuentena en marzo. Ya arrecian las críticas al gobierno de Shinzo Abe por la laxitud de las medidas de distanciamiento social y una supuesta ocultación de casos. En la vecina Corea del Sur, ejemplo de eficiencia, los expertos piden que no se relajen las prohibiciones.

En China, cuya provincia de Hubéi es el epicentro de la pandemia y estaba empezando a recuperarse, esta semana se decretó el confinamiento del condado de Jia, que habitan unas 600.000 personas, después de que una mujer se contagiara en un hospital a través del contacto con doctores que no presentaban síntomas. Según la revista inglesa The Lancet, si el ejecutivo de Xi Jinping relaja sus medidas demasiado pronto, podría haber un segundo brote para agosto. Cada día se reportan docenas de casos en el gigante asiático, la mayoría importados, y hay unas 20.000 personas bajo seguimiento por ser posibles portadores del virus, según la Comisión Nacional de Salud.