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VUELTA A ESPAÑA | ETAPA 14

Bennett repite victoria al esprint en un accidentado final

Una caída bajo la pancarta del último kilómetro afectó a Valverde y Pogacar, pero sobre todo a Mezgec, evacuado en ambulancia, desordenó al pelotón.

Sam Bennett logró su segunda victoria en la Vuelta con facilidad.
Sam Bennett logró su segunda victoria en la Vuelta con facilidad.@PhotoGomezSport

Asturias es un clásico de la Vuelta, una visita obligada para encadenar sus imponentes montañas. Más raro es presenciar un esprint, como ocurrió este sábado en Oviedo con victoria de Sam Bennett, la segunda que consigue en la presente edición. Los velocistas tienen pocas oportunidades para la gloria en la ronda española, por eso sus equipos se exprimen para no desaprovecharlas. Hasta ahora sólo habíamos visto dos, rematadas por el propio Bennett en Alicante y por Fabio Jakobsen en El Puig. El desempate vino en una extraña y desordenada volata, condicionada por una caída bajo la pancarta del último kilómetro, la flamme rouge, que afectó a algunos hombres importantes de la general como Alejandro Valverde y Tadej Pogacar, pero sobre todo a un esprínter, Luka Mezgec, que tuvo que ser evacuado en ambulancia. La pérdida de tiempo no se contabilizó, al producirse en la zona técnica.

Hubo una escapada, lógico, pero esta vez tenía pocas esperanzas de culminar la jornada en el podio. Seis protagonistas, luego reducidos a cuatro, con el gigante Diego Rubio como único representante español, salieron a una caza imposible. Otro valiente del Burgos que aumenta los minutos de publicidad, amortizados ya con aquella victoria de Ángel Madrazo en Javalambre y con su maillot de lunares azules, que sigue sufriendo y se descolgó en los últimos kilómetros. Fue un final duro para la escuadra castellana, que vio a Jorge Cubero inmerso en la caída. Los equipos de los velocistas, con el Deceuninck al mando, decidieron que no era una buena fecha para las osadías. Y su tren arrolló a los valientes.

El esprint fue un aperitivo asturiano, una buena sidra antes de afrontar las dos etapas de gran montaña que teóricamente deberían decidir el maillot rojo de Madrid. Esas cumbres habían relegado en los últimos años a Oviedo a un segundo plano en la Vuelta. Esta ha sido la décima visita a Vetusta y la primera en el actual siglo, 32 años después de la victoria de Carlos Hernández, escapado, en 1987. Otra cosa es el ovetense alto del Naranco, que ha acogido 14 llegadas desde que se estrenó con aquel histórico triunfo de José Manuel Fuente en 1974, levantando la pierna izquierda que se había operado unos meses antes. La foto de su recuerdo.

El añorado Tarangu, doble campeón de la Vuelta en 1972 y en aquel 1974, ha sido el mejor ciclista asturiano de todos los tiempos, uno de los escaladores más grandes de la historia, un héroe trágico, como su coetáneo Luis Ocaña. Sus vuelos y sus pájaras serán eternamente recordadas. Si estuviera aquí, a los lomos de una bicicleta, se frotaría las manos ante los perfiles de las dos próximas etapas de gran montaña, ante esos finales en El Acebo (domingo) y La Cubilla (lunes).

Primoz Roglic avanza en la etapa bien arropado por el Jumbo, en vísperas de las dos grandes etapas de montaña de Asturias.
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Primoz Roglic avanza en la etapa bien arropado por el Jumbo, en vísperas de las dos grandes etapas de montaña de Asturias.Photogomez Sport

Primoz Roglic se ha mostrado como un líder sólido, sin aparentes fisuras en ningún terreno, tan fuerte como el que más cuando la carretera pica hacia arriba. Pero si rebobinamos tres meses atrás, nos encontramos al esloveno en el Giro de Italia, con una ventaja similar que un escalador, Richard Carapaz, supo echar abajo, y que otro, Mikel Landa, estuvo a punto de neutralizar. Fue en una carrera en la que el Movistar se mostró capaz de manejar con equilibrio su bicefalia, de correr con dos líderes, de alternarlos en los ataques hasta erosionar al oponente. Alejandro Valverde y Nairo Quintana deberían tomar nota de aquello, seguro que lo han hecho. Otra cosa será que tengan fuerzas para voltear la tortilla.