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VUELTA A ESPAÑA | ETAPA 9

Nairo es líder tras la tormenta

El colombiano se vistió de rojo en Andorra con seis segundos sobre Roglic, que sufrió una caída en el 'sterrato', igual que López. Ganó Pogacar, de 20 años.

Kuss tira de Roglic en el tramo de tierra, con Quintana y Valverde a rueda.
Kuss tira de Roglic en el tramo de tierra, con Quintana y Valverde a rueda.DANI SÁNCHEZDIARIO AS

El guion se reescribió varias veces en la novena etapa de la Vuelta, una de las más esperadas de esta edición, con cinco puertos y un tramo de tierra concentrados en 94 kilómetros por las montañas de Andorra. Una sabrosa salsa a la que se añadió un nuevo ingrediente en plena cocción: una tremenda tormenta. Ganó Tadej Pogacar, esloveno de 20 años, uno de esos jóvenes diamantes elegido para dominar el ciclismo en un futuro cercano. Y Nairo Quintana se enfundó el maillot rojo, con sólo 6 segundos de ventaja sobre Primoz Roglic, otro esloveno. El país alpino lució en el país pirenaico. Eso es lo que pasó en la llegada de Cortals d'Encamp, pero pudieron haber ocurrido otras cosas diferentes. Todo fue cambiando en plena marcha. Y nada fue lo que parecía.

Pudo haber ocurrido, por ejemplo, que Miguel Ángel López hubiera dado un golpe magistral a la clasificación general. Iba camino de ello, pero sufrió una caída, justo cuando el diluvio había dejado los televisores sin señal. El colombiano ya había vestido tres veces el maillot rojo en esta Vuelta, y en las tres lo cedió al día siguiente, sin importarle demasiado. En esta ocasión estaba dispuesto a recuperarlo para siempre, con un órdago a 20 kilómetros de la cima, después de que su equipo, el Astana, planteara una estrategia de manual.

En el primer puerto, el Coll d’Ordino, el equipo kazajo había metido a tres corredores (Fraile, Fuglsang y Gorka Izagirre) en la escapada, igual que el Jumbo había colocado otros tres (Gesink, Kuss y Powless) y el Movistar a dos (Pedrero y Soler). Los soldados ya estaban desplegados para la batalla. Y todos ellos, unos más que otros, tuvieron su importancia en los movimientos tácticos. En el siguiente coloso, el Coll de La Gallina, el Astana impuso un ritmo infernal, con un enérgico Darío Cataldo que parecía que había tomado prestada la capa de su líder Superman.

La Gallina ya se tomó víctimas. El maillot rojo, Nicolas Edet, se quedó en esas rampas, aunque en ningún momento se rindió, porque sus tres minutos de ventaja todavía le animaban a permanecer entre los primeros de la general. También se descolgó Esteban Chaves, pero por razones diferentes al francés: sufrió una avería y cambió la bicicleta con Damien Howson, bastante más grande que él, y luego con Tsgabu Grmay, ya de su talla. Cuando se quiso dar cuenta, había cedido casi un minuto, el grupo volaba sin mirar atrás y tuvo que darse un calentón de aúpa hasta volver a enlazar. Edet se dejó 6:06 y aún sigue en el top-10 (séptimo, a 2:21); mientras que Chavito perdió 4:43 y baja al 14º (a 6:51). 

El esloveno Tadej Pogacar, de 20 años, logra su primera victoria en una grande, en el duro terreno de Andorra.
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El esloveno Tadej Pogacar, de 20 años, logra su primera victoria en una grande, en el duro terreno de Andorra.Photogomez Sport

El Astana miraba más alto. Y allá se fue Superman López, a 20 kilómetros, a ganar la etapa y sentenciar la Vuelta, a escribir una página bella de ciclismo. Primero enlazó con Gorka Izagirre, que tiró de él durante un rato. Luego le esperó Fuglsang, que trabajó otro tramo. Su ventaja rozaba el minuto cuando empezó a caer el diluvio universal y se perdieron las imágenes de televisión. Luego supimos que había sufrido una caída en el tramo de sterrato, cuando todavía llevaba una treintena de segundos. El guion se escribía de nuevo.

También pudo haber ocurrido, otro ejemplo, que Marc Soler hubiera ganado la etapa. Pero Nairo Quintana y Alejandro Valverde habían atacado a dúo por detrás, percutían sobre el accidentado López y sobre el amenazante Roglic, que también padeció una caída en la grava, según su equipo, por una maniobra de una moto. Superman estaba muy tocado. Y el esloveno sufría, todos sufrían. La jornada fue durísima. Nairo lanzó un ataque en la subida final, con Pogacar pegado a su rueda. El maillot rojo asomaba en el horizonte. Y el Movistar mandó parar a Soler, que no lo encajó con buen espíritu, como demostraron sus movimientos negativos de cabeza, sus aspavientos discrepantes. Otro lío para el equipo telefónico.

El Movistar se quedó sin etapa, pero al menos sí atrapó el maillot rojo, aunque todavía con una escasa ventaja: unos raquíticos 6 segundos. También pudo haber ocurrido que Roglic hubiera salido líder de Andorra, pero tampoco pasó. El guion se reescribió. Ahora dicta que este lunes hay que descansar y que mañana, tras la contrarreloj de Pau, el esloveno al fin liderará la Vuelta. Veremos.

Nairo Quintana se enfundó el maillot rojo en la cima de Cortals d'Encamp.
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Nairo Quintana se enfundó el maillot rojo en la cima de Cortals d'Encamp.AFP