Mikel Landa se toma el "día libre" en la etapa reina de Andorra
Aquel día se escapó Mikel Landa, que avanzó puerto a puerto sin mirar atrás, donde su propio equipo tiraba con fuerza para eliminar rivales en favor de Fabio Aru.
Cuando se presentó el perfil de la 11ª etapa de la Vuelta de 2015, la exclamación fue unánime en el auditorio. La carrera planteaba una jornada íntegra por Andorra con seis puertos y 4.600 metros de desnivel acumulado que se concentraban en sólo 138 kilómetros. La meta de aquel día, Cortals d'Encamp, repite con una fórmula similar.
Aquel día se vivió una exhibición del Astana, con situaciones contradictorias. Por delante se escapó Mikel Landa, que avanzó puerto a puerto sin mirar atrás, donde su propio equipo tiraba con fuerza para eliminar rivales en favor de Fabio Aru. En el Giro de aquel año, el Astana había frenado a Landa en Finestre para esperar al italiano. Aru y Landa acabaron escoltando a Alberto Contador en el podio como segundo y tercer clasificados, respectivamente.
Aquello no volvió a suceder. Landa logró una gran victoria en la etapa reina de Andorra y Aru arrebató el maillot rojo a Tom Dumoulin, sin necesidad de tener que cruzar sus intereses. "Me he tomado el día libre", dijo el alavés, que ya sabía que el año siguiente correría en el Sky. Landa sí apoyó al sardo en etapas venideras, especialmente en aquel furioso ataque en la Sierra de Guadarrama que dio la Vuelta a Aru en detrimento de un hundido y bisoño Dumoulin.
La etapa también deparó una caída de Chris Froome en el kilómetro 3 y una heroica reacción que sólo le sirvió para recordar su casta y su compromiso con la Vuelta. El africano se rehízo y hasta puso al Sky al frente, pero era disimulo. En la meta cedió 8:41 minutos, renqueante, un resultado que debe entenderse como una gesta, porque al día siguiente abandonó con una fractura navicular en su pie derecho.