“¿Que Doncic pesa 125 kilos? Pues que pese 125 kilos”
Quentin Grimes, que también ha sido traspasado por los Mavs, defiende la profesionalidad de Doncic. Mark Cuban se desmarca una vez más de la operación.


El 2 de febrero, una fecha que los aficionados de los Mavericks no olvidarán seguramente nunca, Luka Doncic fue traspasado a Los Angeles Lakers. Desde entonces, ya se sabe, nada ha ido bien en una franquicia que ha pasado de finalista y aspirante al título a deshecha y en riesgo de demolición, deportiva y social. Ese traspaso, un error para la historia de la NBA, tapó la salida de Quentin Grimes, enviado dos días después a los Sixers a cambio de Caleb Martin, el alero que llegó lesionado y acaba de debutar con los Mavs.
Grimes tiene 24 años y Martin 29. Pero este tenía un contrato benévolo para las próximas temporadas (9,5 y 10 millones, player option de 9,7 en el verano de 2027) y Grimes será agente libre restringido. Es de imaginar, aunque cuesta ponerse en la cabeza de los que toman las decisiones en Dallas, que les influyó mucho el riesgo a perder a Grimes en verano, así que optaron por Martin como opción de menos vuelo pero estable en la rotación de secundarios que tenía que ayudar a mantener en formato competitivo a estos Mavs que ni han asomado porque a su enfoque, que no parece el más brillante precisamente, se ha unido una plaga bíblica de lesiones.
Grimes fue número 25 del draft de 2021. Lo eligieron los Clippers, que lo traspasaron a los Knicks. En las dos últimas temporadas, ha jugado para cuatro equipos: los neoyorquinos lo enviaron a Detroit, este verano fue intercambiado por Pistons y Mavs y ahora los texanos lo han mandado a los Sixers. Así que ya conoce la inestabilidad a la que obliga muchas veces la vida en la NBA y, por eso, tiene ahora además un lugar privilegiado para opinar sobre dos desastres monumentales que han sucedido, los dos, esta temporada. El de los Mavs en el Oeste y el de los Sixers en el Este.
Pero Grimes está exprimiendo al máximo las oportunidades, lleguen en la forma que lleguen: “Es duro. En cuanto empiezas a estar cómodo en un sitio, te traspasan otra vez. Pero tienes que mantener la cabeza despejada, salir a la pista y producir”. En los Sixers está promediando casi 17 puntos, más de 5 rebotes y casi 3,5 asistencias por noche. Es un buen defensor, con mano para tirar y que está demostrando que puede asumir más responsabilidades, así que en verano tendrá buenas ofertas, seguro. Es, de hecho, un perfil de jugador que sería útil en la rotación de cualquier equipo con aspiraciones importantes: “Tengo la reputación de ser un 3&D, un jugador de defensa y tiros liberados, y por eso me conocía todo el mundo. Pero esta temporada, desde mis partidos en Dallas, he demostrado que puedo ser más que eso y que puedo hacer más cosas con la bola en las manos”.
Grimes ya no está en los Mavs, pero lamenta cómo se han desarrollado las cosas en una temporada que empezaba con la ilusión disparada después del billete para las últimas Finales: “Es una locura lo que está pasando allí, así que en realidad fue una bendición que me traspasaran. Pero lo siento por los que quedan allí. Teníamos un grupo muy unido a principio de temporada, creo que teníamos un equipo para ganar el título. Pero esto es la NBA y es así… aquí hay traspasos todo el tiempo”.
El escolta, como ya han hecho otros compañeros y excompañeros de Luka Doncic, también ha salido en defensa del esloveno y ha rechazado lo que llevan semanas sugiriendo desde las plazas de mando de los Mavs, que no se cuidaba y no era precisamente un profesional impecable: “Esto es una narrativa que están tratando de crear sobre él. Y si consiguen generalizarla, todo el mundo se la cree. Que digan lo que quieran. ¿Qué Luka pesaba 125 kilos? Pero si los llevó a las Finales, pues que pese 125 si quiere. Es una locura”.
“A Grimes no le gusta nada cómo se han hecho las cosas con Doncic, lo que se ha dicho de él cuando se ha ido. Él rechaza que sean un problema sus hábitos y su preparación y dice que siempre se lo encontraba en el gimnasio haciendo pesas o en la pista tirando”, dice el artículo de Jared Weiss que incluye las palabras del ahora jugador de los Sixers, en The Athletic.
Cuban vuelve a marcar distancias
Otro que ha vuelto a hablar es Mark Cuban, el antiguo propietario que guardó silencio los primeros días después del traspaso y que ahora, esta vez en una entrevista para WFAA, sí está dando explicaciones sobre su punto de vista: “Una cosa es que quieran traspasar a Luka. Pero otra que si estás en eso, tienes que conseguir un retorno mejor por él. Y que no suene a falta de respeto a Anthony Davis. Pero creo de verdad que se habría hablado de todo esto de una forma totalmente distinta si se hubieran llevado a Davis, Max Christie y cuatro primeras rondas sin protecciones”.
Cuban vendió el 72% de la franquicia, a la familia Adelson, por 3.500 millones de dólares. Ahora parte minoritaria de la propiedad, no tiene voz ni voto en las grandes decisiones deportivas. Asegura que no le contaron nada antes de ejecutar la operación y la usó para explicar por qué había decidido vender los Mavericks: “Me siguen preguntando mucho que por qué vendí la franquicia y siempre digo que no me arrepiento para nada. No quería que mis hijos acabaran en una situación como esta si eran ellos los que cometían un error así. Imagínate si son mis hijos los que heredan el equipo y hacen algo como esto”.
Finalmente, también opinó sobre el principal problema que está complicando ahora las cosas en las oficinas de la franquicia: “No hay nadie que esté comunicando las cosas bien. No es tanto lo que haces, es cómo lo explicas. Y ese es el principal reto para ellos ahora que no estoy yo dando la cara”.
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