La fricción por la que los Mavs empezaron a desconfiar de Doncic
Doncic decidió en 2023 tener un equipo de confianza para su cuidado físico y, desde entonces, el recelo de los Mavericks fue en aumento.


Dallas se ha encargado de dar razones, a través de la prensa local y periodistas con los que tiene trato habitual, a la luz pública que apoyen la salida de Doncic de los Mavericks, que se produjo entre el enorme estupor de todo el mundo del baloncesto. Nadie esperaba semejante acuerdo entre ellos y los Lakers, el equipo que le va a disfrutar a partir de ahora.
Una de las ideas que ha circulado con más violencia es la de la condición física del principal protagonista. Esas subidas y bajadas de peso, tanto como el compromiso para mantener su porcentaje de grasa más estabilizado, le hacía ser más propenso a las lesiones, como irremediablemente ha tenido (en el momento del traspaso, de hecho, se encontraba en una de gemelo). Hubo otras razones, como la mala defensa o un contrato multimillonario, pero en el caso de los kilos se entraba en un terreno pantanoso y alejando el foco de la canasta. ESPN apunta a esta misma temporada: una ausencia de once días en el mes de noviembre que fue detallada como un problema en la muñeca derecha y que, según la información, se falseó para que Luka tuviera tiempo de rebajar los 118 kilogramos que daba en báscula. Pudo ser la gota que colmó el vaso de Nico Harrison, el artífice de su partida.
Doncic se ha perdido, entre problemas físicos y reservas de Kidd para hacerle el trayecto más sencillo, veintiocho partidos este curso, mortífero para la continuidad. Un perfecto ejemplo de lo contrario es, a sus cuarenta años, LeBron James, al que numerosos actores del deporte le han aconsejado que se pegue para mejorar tan controvertida faceta vital.
Con un grupo pequeño de trabajo, que otras superestrellas de este deporte como el mencionado James o alguien más joven como Wembanyama tienen a su disposición, tomó hace tiempo la determinación de tratar de manera separada ese aspecto del cuidado. Por ser más exactos, en 2023, el verano de la última Copa del Mundo hasta la fecha. A Dallas viajaron varias personas: un preparador físico esloveno, Anze Macek (con el que AS habló del jugador en su momento), un fisioterapeuta español de plena confianza, Javier Barrio (del que en la SER hablaban con este orgullo), un experto en nutrición... Esta experiencia, que evidentemente no ha convencido en la ciudad texana, fue un punto de fricción importante que el presidente de operaciones no ha dejado pasar. De hecho se impidió a Macek que permaneciera con los Mavs este mismo curso. Ahí se rompió algo. Marc Stein, bien informado sobre esta franquicia, informó en su Substack que los Mavericks habían “pasado” de Doncic, prestándole menos atención, con “frialdad” después de que el de Liubliana pensara que era mejor -aunque los gastos corrieran por su cuenta- que el mantenimiento lo llevaran en mayor medida este grupo reducido de personas. Nada que ver con los Lakers, donde Pelinka les dio la bienvenida y apremió a formar una mejor alianza con el equipo que lidera el doctor Leroy Sims.
‘Bodyshaming’
Siguen surgiendo opiniones en el mundillo de la NBA sobre el trato que llevó a Doncic a los Lakers. Dos legendarios jugadores que ahora analizan la Liga en TNT, Shaquille O’Neal, y Charles Barkley, que durante sus carreras se han enfrentado a vastas críticas por el aspecto físico, aportaron la suya. O’Neal: “A mí no parece que esté fuera de forma, además de que no sé cómo se califica eso. ¿Está rechoncho? ¿No tiene abdominales? ¿De qué estamos hablando? Uno de mis amigos más próximos me ha dicho: ‘Doncic gordo es mejor que el 99,9% de los bases de la Liga’. Si ésa es la razón por la que le han echado, tengo que culpar a los Mavs porque creo que había mejores maneras de manejar la situación”. Barkley: “Éste está siendo el mejor ‘reality show’ que ha dado la televisión en años y va a ser fascinante durante la próxima década. Los Mavs le conocen mejor que nadie. Habrán pensado que, si no está en forma y no es un gran defensor, aunque vaya a haber ruido, el personal sabe lo que hay y el mánager general no le podía dar 350 millones. Es eso, así de simple”. Otro ex-jugador que también analiza en televisión, ESPN, Tim Legler, se ha centrado en su podcast en la que habría sido la situación de haberse mantenido en el poder Mark Cuban, antiguo propietario: “No sólo no hubiera cerrado el trato, sino que además hubiera despedido a la persona que lo hubiera sugerido. Más que nada porque estaría seguro de que esa persona estaría consumiendo algún tipo de droga”.
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