LeBron y Anthony Davis tentaron a Lillard con los Lakers
El base de los Blazers tuvo un almuerzo este verano con las dos estrellas de la franquicia angelina en la que hablaron de su situación en Portland.
La derrota contra Denver Nuggets en la primera ronda de los últimos playoffs fue un duro golpe para Damian Lillard. Tanto que el base de los Blazers meditó muy seriamente abandonar Portland. No por su falta de amor a una franquicia y una ciudad en la que lleva toda su carrera, diez temporadas con esta, sino por la sensación de que no se hacía los necesario desde los despachos para, por lo menos, estar en disposición de acariciar el anillo.
“Todo el tiempo supe que era un Trail Blazer, pero obviamente después de esa derrota en los playoffs pensé: ‘Tenemos que hacer algo para demostrar que en realidad tratamos de ganar”, dice Lillard a Yahoo Sports. “Hay tantos equipos en la Liga… algunos quieren tankear (perder para conseguir una buena posición en el draft), otros solo quieren ser equipo de playoffs y ver si pueden hacer las cosas interesantes. Y, luego, algunos tienen la mentalidad de ganar un campeonato”.
“Entonces, yo estaba en la posición en la que me preguntaba si realmente estábamos tratando de ganar un campeonato. Quiero ser parte de algo donde ganar sea la misión de todos. Le pregunta a mi equipo: ‘¿Es eso lo que realmente tratamos de hacer? ¿Qué hacemos para demostrar que eso es lo que realmente queremos hacer?’ Esas eran mis preguntas y las presenté de esa manera”, continúa el base.
Los Lakers, a escena
Y, ante tanta duda, aparecieron los Lakers. Más concretamente LeBron James y Anthony Davis, las principales estrellas de la franquicia. Lillard viajó en verano a Los Ángeles para grabar el nuevo sencillo (‘We The Ones’) de su cuarto disco de estudio titulado “Different On Levels Te Lord Allow”.
Durante su estancia en California, Lillard asistió a un partido de la WNBA entre Los Angeles Sparks y Las Vegas Aces… y LeBron estaba allí también. Ambos se saludaron y James invitó a su compañero de reparto en Space Jam II a almorzar en su casa. Lillard aceptó y al llegar a la residencia del Rey se encontró también con Davis. Los tres comieron y conversaron sobre la temporada que acababa de terminar. Sobre la realidad de Lillard en Portland y sobre la transición de LeBron y Davis a Los Ángeles, donde ganaron un anillo durante el año de la burbuja de Walt Disney en Orlando (Florida).
“Bron me preguntó qué estaba pensando sobre mi situación y le dije lo que le estoy diciendo: que solo quiero estar en condiciones de ganarlo todo. Me pintó cómo sería el cuadro si me iba .No me dijo que viniera a Los Ángeles y no me dijo nada que yo no supiera de cómo sería (estar en los Lakers con ellos). Le dije: ‘Sé que si jugara con vosotros, funcionaría debido a mi conjunto de habilidades, por cómo soy yo y por cómo son ellos”, comentó a Yahoo Sports Lillard, que expresó sus dudas sobre formar parte de un superequipo: “No sé si es el camino que quiero seguir”.
“Estoy seguro de que sería genial jugar con LeBron y AD y hacerlo en un gran mercado, pero por muy atractivo que suene y por divertido que sea, no siento en mi corazón que eso sea lo que soy o donde pertenezco. Y una cosa que quiero enfatizar es que esta decisión no se tomó por comodidad. No tengo miedo a estar fuera de mi zona de confort porque voy a vivir aquí cuando termine de jugar independientemente. Tomé mi decisión basándome en lo que realmente quiero hacer”, asegura.
La conversación duró una hora y media. No fue inocente: los Lakers barajaban en privado las opciones de hacerse con uno de los mejores jugadores de la NBA, seis veces all star, seis veces parte del mejor equipo de la Liga y miembro de los 75 mejores jugadores de la NBA.
Lillard y Portland
La salida de Lillard de Portland será un tema recurrente con el paso de los meses. Camino de los 32 años, el base afronta el primero de los cuatro años de su nuevo contrato con los Blazers de 176 millones de dólares, de los 39 a los 48 de su último curso con opción de jugador. Una temporada, la presente, que no ha empezado ni bien para el equipo (3-5) ni para él: está en 19,5 puntos de media, su nivel más bajo desde su año de rookie, con un 23,4% desde el triple, algo nunca visto en su carrera en la NBA.
Sin embargo, no todo es deportivo en el escenario de Lillard. El jugador de Oakland tiene 60 miembros de su familia en Portland, que acuden cada noche a verle jugar en el Moda Center y con los que cena o hace barbacoas. Es un tema vital en su vida. Moverse significaría trastocar la vida de gran parte de su familia, algo que él pone entre sus prioridades. “Me animaban a no tomar una decisión basada en ellos. Me decía: ‘Vamos a estar bien’. Pero sé que lo dijeron para no ser egoístas. Si hay alguien en esta Liga que se mueve al ritmo de su propio tambor, ese soy yo”.