LIGA ENDESA | MADRID 109 - MOVISTAR ESTUDIANTES 92
El Madrid ruge en el derbi a una semana de la Final Four: 109-92
Los blancos pasaron por encima del Estudiantes con diez jugadores en siete o más puntos (15 de 26 en triples) y se acuestan otra vez líderes. El Estu iguala en la penúltima plaza con el Delteco y el UCAM.
La última vez que el Estudiantes triunfó en el derbi como visitante, Pancho Jasen, Carlos Jiménez y Sergio Rodríguez eran las figuras colegiales. De eso han pasado ya 14 veranos con sus respectivos inviernos. Y esta vez, a una semana de la Final Four, no fue diferente. Vimos a un Madrid muy fino, casi exuberante, en la cima de su preparación y en la pelea por el liderato, frente a un Estu muy tocado, sin Brizuela y sin Suton aunque con Gentile de vuelta.
“No soy el salvador”, decía el italiano en la previa. No lo fue pero lo intentó con todo pese a llevar un mes fuera por lesión. No evitó, eso sí, que su equipo siga cuesta abajo en la rodada, en una situación comprometidísima para salvar la categoría después de enlazar ocho derrotas en las últimas nueve jornadas: penúltimo ya igualado con el Gipuzkoa y el UCAM Murcia.
Le quedan tres partidos, una especie de playoff por el descenso con otros cinco rivales implicados (al Granca podemos darle casi por salvado). Quizá por eso Berrocal levantó el pie y dio paso a las rotaciones. Tocaba pasar página y mirar a Valencia, donde le espera el domingo el campeón de la Eurocup. Antes, hoy mismo, los taronja visitan al Barça, y eso le interesa a los de Laso, que este jueves se acostaron líderes a la espera de lo que ocurra en el Palau.
Cañonazos de tres puntos
El Madrid lo ganó en el primer cuarto. Quizá resulte exagerado, pero se hacen una idea de las sensaciones. Berrocal reclamaba en un tiempo muerto a los suyos que hicieran faltas (el casillero estaba a cero) para frenar la tromba ofensiva blanca, la respuesta le desarmó: tres triples locales consecutivos, dos de Rudy y otro de Randolph, y 27-14. En el primer cuarto, siete cañonazos de larga distancia, once en la primera parte y quince al final con un porcentaje elevadísimo del 57%. La magnífica circulación de balón lo hizo posible. El Real lucía en todo, pura sinergia que hace grande al grupo. Diez jugadores encestaron al menos siete puntos.
Taylor, en el mejor momento de su carrera, y Carroll arrancaron a tanto por minuto; Tavares trabajaba la movilidad en un desafío personal, atar en corto a Caner-Medley (el otro destacado en el Estu); Campazzo gobernaba la nave y aceleró en el tercer periodo sin que nadie le cogiera siquiera la matrícula; luego le tocó a Causeur; Llull dio muestras de que llegará a Vitoria listo, Ayón ya lo está. Pegada constante sin respuesta: 109-92, con lo que iguala su mayor anotación del curso (109-93 al Darussafaka en la primera jornada de la Euroliga). Por encima de los cien por segunda vez consecutiva y octava en la temporada. El Madrid ruge.