Pete Mickeal pincha el globo del Real Madrid

Baloncesto | Euroliga | Regal Barça 68 - Real Madrid 61

Pete Mickeal pincha el globo del Real Madrid

Pete Mickeal pincha el globo del Real Madrid

rodolfo molina

El Regal Barcelona toma ventaja en la eliminatoria de cuartos de final de la Euroliga tras batir al Real Madrid por 68-61. Mickeal y Ndong fueron los mejores de los locales ante un rival que llegó a dominar por seis puntos (43-49) en el sprint del tercer cuarto.

El Real Madrid se sintió cómodo, nada que ver con anteriores capítulos y terrores de la saga, ascendió a paso firme, sacó pecho incluso, pero cuando se vio en lo más alto de la cima y se asomó al precipicio... el vértigo le pudo. Mal de altura o lo que es lo mismo: nuevo tropiezo ante un rival, el Regal Barcelona, monstruo sin fin al que no sabe cómo meter mano.

El partido deja el sabor de ocasión perdida en los blancos. Aguantaron el arranque azulgrana, mantenían el pulso al descanso (51-51) y gozaron de seis puntos de renta en el tramo final del tercer cuarto: 43-49. La estadística nos daba entonces dos toquecitos en el hombro y decía: el Real Madrid suma 25 rebotes, cinco de ellos ofensivos; el Barça 16, ¡ninguno en ataque! "Ellos van muy bien en el rebote ofensivo", había anunciado Messina en la previa. Pues bien, parecía haber encontrado un antídoto, primero con Tomic y posteriormente con un Reyes al rescate, en plan capitán, con puntos y, sobre todo, presencia. La defensa de anticipación de los exteriores -Prigioni, Kaukenas y Jaric, en aquellos minutos- impedía que Ricky encontrara a sus pívots.

El Barça tenía mala cara. Navarro no era Navarro y el tiro exterior daba la espalda a los de Pascual. Pero entonces surgió Ndong, cabeza visible de un parcial de 7-0 (50-49) que devolvió la algarabía a la grada del Palau Blaugrana, alcalde (Jordi Hereu) incluido. Recobraría su fuego el Madrid ya en el último cuarto (57-60, Lavrinovic), pero Mickeal lo apagó de raíz.

Ausencias.

Ocho puntos seguidos del alero de Illinois disiparon en un visto y no visto todo el suspense que hasta entonces había tenido el partido. No fue necesario que Navarro o Ricky nos regalaran, una tarde más, caviar del bueno. El gris de Jaric, Hansen o Kaukenas, y la visita turística de Velickovic o Vidal a la Ciudad Condal, sí pasaban factura. El Barça manda. Sigue haciéndolo. Y Messina escarba, pero sigue sin encontrar al otro lado del túnel al equipo de sus sueños.