Robemos a Kipling sus Capitanes Intrépidos, aunque sólo sea para esta crónica. Y es que Pancho Jasen y Felipe Reyes, los jefes del MMT Estudiantes y el Real Madrid, fueron lo mejor de un derbi de perfil bajo, malo y de puro nervio que se decidió cuando los locales superaron por fin la zona visitante. Fue momento de romper a llorar, porque la victoria asegura la permanencia a un Estu que se ha habituado peligrosamente a caminar por el alambre. Es hora de celebrar, ya llegarán los planes de futuro. Ayer tocaba ovacionar desde la grada a los toreros.
Lo de Reyes es el pan nuestro de cada día, la fábrica de números que ayer sacó del horno 15 puntos y 17 rebotes, lo que le dibuja como candidato al MVP de la jornada. Lo de Jasen tiene, además, el valor de lo heroico, puesto que era duda para el partido por un esguince de rodilla. Volvió el capitán (17 de valoración) y con él, la furia. Y el buen juego hasta que el vértigo de ganar apretó las cosas.
Porque el MMT Estudiantes mandó siempre, desde el 2-0 inicial. Sólo en un instante, el Real Madrid vio el partido desde arriba: 45-46, ya en el último minuto del tercer cuarto. Llegó con dos tiros libres de Reyes, que había estado maniatado en los dos primeros cuartos por la gran defensa de Wideman y Popovic. Fue tal la intensidad de los pívots colegiales que ambos llegaron a las cuatro faltas cuando aún quedaba por delante todo el último cuarto.
Otra zona.
Era el momento de la verdad y el parcial de 5-0 con triple de Udrih daba oxígeno al Estu (51-46). De poco servía al Madrid el apabullante dominio en el rebote (42 finales, 22 ofensivos), la reacción de Llull o el acierto de Reyes y Bullock, exprimidos en minutos e ideas.
Casimiro replicó a Plaza con su mismo idioma: otra zona. Funcionó, con Popovic de faro en el ataque colegial y Suárez rebañando lo que escupía el aro. La frustración blanca se plasmó en la técnica a Joan Plaza y un triple de Iturbe (59-53) tatuaba en el aficionado un "Yes We Can" ("Sí, podemos") a la española. El MMT Estudiantes ganaba y con ello se salva. El Madrid perdía y ve alejarse la tercera plaza cara a las eliminatorias por el título. Devuelvo a Kipling sus Capitanes Intrépidos. El Estu y el Madrid ya tienen los suyos: Jasen y Reyes. Ayer, curiosamente, el que más lloró fue el que ganó. De emoción contenida.
