El Regal Barcelona está de dulce y sus jugadores aciertan incluso cuando desobedecen al entrenador. Con 76-77, dos tiros libres para Vázquez y 2.5 segundos por jugar, Pascual ordenaba al gallego anotar el primero y fallar el segundo, para no dejar tiempo al ataque blanco. Pues bien, Fran anotó el primero... pero también el segundo (seamos justos, tiró a no meter, pero erró), así que el Real Madrid dispuso de un último intento para empatar. No fue así y cayó de igual modo que ante Olympiacos en la Euroliga. Con Bullock impotente, perdiendo el último balón sin ni siquiera poder levantarse a canasta. Muertes paralelas.

Sería injusto dedicar un tirón de orejas a Louis, que sonroja a todos con su enorme talento. Porque fue el mejor del Madrid, pletórico en los dos últimos cuartos, donde firmó 18 de sus 20 puntos. ¿Qué faltó entonces al equipo para tumbar al Regal Barcelona? Para empezar, Reyes, a quien una cervicalgia le hizo seguir el partido desde el banco. Sabemos ahora que la cervicalgia tiene un efecto secundario en el paciente: morderse las uñas. Felipe asistió desde allí al recital del Barça en el primer cuarto, en el que llegaría a dominar por 14 tras parcial de 1-18: 8-22. Los triples de Lakovic, Navarro e Ilyasova bastaron para el acelerón.

Fue en el segundo cuando el Madrid resucitó. Llull cogió su guitarra y el rock&roll hizo a todos correr, con el base autor de 9 puntos y las cosas aseadas al descanso (34-40). Los blancos combatían en defensa, pero Lakovic y la táctica de Pascual primaban. Los cambios defensivos pintaban en azulgrana y Raúl se quedaba en el bloqueo defendiendo a Vázquez y Van den Spiegel a Navarro. Los puntos de Hervelle (60-61) o Bullock (76-77) acariciaron el milagro. No llegó. El Madrid se pone de puntillas para salir en la foto, pero incluso así, es más bajo que el Barça. Se escapó la segunda plaza. Habrá que subirse a otro tren, pero de esta estación cada vez salen menos.