Retroceso
Es difícil encontrar una explicación al rendimiento del Real Madrid en el Villamarín. Había subido el nivel en prácticamente todos los aspectos del juego, pero especialmente el defensivo, en las últimas semanas.
Es difícil encontrar una explicación al rendimiento del Real Madrid en el Villamarín. Había subido el nivel en prácticamente todos los aspectos del juego, pero especialmente el defensivo, en las últimas semanas. Y empezó muy bien, con mucha velocidad en las acciones con balón, dominando y muy aplicado en el trabajo de presión. Pero cuando llegó el gol de Brahim, todo cambió. El equipo dimitió de competir, los atacantes empezaron a ahorrarse carreras en la fase sin balón y el Betis empezó a crecer.
Desde ese momento y exceptuando los últimos minutos, donde atacó a la desesperada, los de Ancelotti no se volvieron a enganchar a un ritmo alto. Los goles encajados delatan esa falta de tensión incomprensible con todo lo que hay en juego, con lo apretada que está LaLiga y estas alturas de la temporada.
Paso atrás en cuanto a sensaciones colectivas, donde creo que residen las posibilidades de éxito -en cuanto a títulos- para el Madrid. Si el equipo está comprometido, ordenado y agresivo, es un rival casi incontenible. Si por el contrario, la parte sin balón deja que desear, es un equipo terrenal y vulnerable.
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