Penaltis y galones

Esto te va a hacer más fuerte”, le dijo Modric a Rodrygo tras el fallo del brasileño en la tanda de penaltis del pasado Mundial ante Croacia. La entrañable imagen del maestro consolando al pupilo y el mensaje que le transmitía forman parte de un protocolo de enseñanza. La relación entre ambos jugadores es casi paternofilial y la cesión del penalti de Vigo forma parte de ese aprendizaje que el centrocampista está tutelando sobre el delantero. Esto no lo puede hacer cualquiera, hay que tener generosidad, altura de miras y mano izquierda. Modric sabe que, después del traumático fallo mundialista, el chaval brasileño necesita atreverse de nuevo a tomar responsabilidades y que eso será bueno para el equipo en un futuro.

El enfado inicial de Ancelotti es comprensible, porque su decisión era otra y no se pudo cumplir, pero Carletto sabe en el fondo que Luka va a estar mucho menos tiempo en el campo que Rodrygo y por lo tanto es necesario que el chico esté preparado para asumir responsabilidades. Ahora mismo, en el once que parece titular, no hay un especialista consagrado en lanzar desde los once metros y todos los candidatos son muy jóvenes. No queda otra que se vayan forjando en esos compromisos y mejorando la técnica de lanzamiento, porque, en un equipo aspirante a todo, una mala estadística en la pena máxima puede cambiar una temporada del éxito al fracaso.