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Seguimos muy vivos. Más vivos que nunca, diría yo, a pesar del traspiés con los japoneses. ¡Cómo corrían, parecían nosotros cuando estamos bien! El caso es que dicen que Luis Enrique ya ha heredado lo de la flor ya saben dónde, tras tocarnos con Marruecos. Lo malo de estas eliminatorias geopolíticas es que para Marruecos es mucho más que un partido y para ellos sería algo histórico acabar con el vecino del norte, mientras que para nosotros sería algo histórico ser eliminados por los del sur.

Una trampa en toda regla. Luis Enrique debe estar intentando dar la vuelta a todo, recuperar a ese grupo que imponía tantísimo respeto, y espero que todos ellos piensen que lo que sucedió contra Japón fue algo pasajero, y que ahora empieza lo trascendental, donde hay que jugársela en cada movimiento y en cada lance. Tanto respeto imponíamos que ni nosotros mismos terminamos de creérnoslo. Tendríamos que acudir más a un psicólogo de guardia que a un recuperador físico.

Dani Olmo y Morata, ante Costa Rica.
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Dani Olmo y Morata, ante Costa Rica.José MéndezEFE

Dani Olmo y Morata están acaparando lo mejor de nuestro ataque. Son totalmente diferentes, pero en los dos descansan gran parte de nuestras esperanzas. Olmorata podría llamarse ese superjugador por el que suspiramos la mayoría para que nos saque las castañas del fuego. Yo, desde luego, estoy mucho más tranquilo cuando ambos están en el campo. Luis Enrique, dales todos los minutos de todos los partidos, está visto que dependemos bastante de ellos.

Por lo demás, ya se han ido a casa casi todos mis queridos castellanohablantes. Sólo quedamos Argentina y España como representantes de un único y hermoso idioma. Según cierta lógica en los cuadros, se podrían dar unos cuartos muy reñidos también en lo geopolítico: Francia/Inglaterra y España/Portugal. Pero ya sabemos que la lógica impera poco en el loco mundo del fútbol. Y si no, que se lo pregunten a Alemania. Podría darse el caso de enfrentarnos a Marruecos en octavos, a Portugal en cuartos y a Francia en semis: un Mundial entre vecinos. Y la final contra Argentina. Un precioso sueño.